![]() |
Hoy comparto contigo algo que le escribí a una amiga que te busca con corazón sincero:
«Habla todos los días con Jesús. Está a tu lado en la playa, en el trabajo, en tu casa, de día y de noche. No necesitas fórmulas ni rituales complicados: basta con abrirle tu corazón.
Él te ama porque lo buscas con sinceridad. A veces sentirás su presencia con claridad, otras veces solo silencio. No te asustes por ese silencio: el silencio también habla, también enseña. Preséntate a Él sin disfraces, sin excusas, sin justificaciones, sin creencias limitantes. Esa transparencia vale más que vivir en cualquier convento o monasterio.
Jesús es una Presencia en tu vida desde antes que nacieras, cuando aún eras solo un pensamiento en la mente del Padre. Nunca estuviste separada de Él, pero creíste que lo estabas. Esa creencia se convirtió en un muro entre tú y Él. Pídele que derribe ese muro y que se haga cada vez más real en tu vida.
Entonces empezarás a verlo todo nuevo, como nunca antes lo habías visto. Y guarda ese secreto entre tú y Dios. A Él no le agrada ser exhibido ni manipulado para obtener beneficios materiales o espirituales. Lo suyo es la verdad, el amor y la libertad».
Jesús:
Hablar conmigo no requiere un lugar sagrado ni palabras elegidas con cuidado. Basta tu corazón abierto. Yo estoy en lo sencillo: en el camino al trabajo, en la mesa familiar, en el cansancio del día, en la esperanza que apenas se atreve a levantarse.
No temas mostrarme tu verdad desnuda, incluso si está llena de dudas, heridas o contradicciones. Yo no me escandalizo: yo curo, no acuso. El muro que sientes entre tú y yo no es más que una ilusión sostenida por miedos y creencias heredadas. Cuando me invocas con sinceridad, ese muro se agrieta y termina cayendo.
Recuerda que no siempre sentirás emociones fuertes al hablar conmigo. La fe no se mide por lo que experimentas, sino por la confianza de saber que estoy ahí, aunque todo parezca silencio. El silencio no es ausencia: es espacio para que la verdad se asiente en ti.
Guarda esta relación como un tesoro escondido. No la exhibas para ganar aprobación ni para justificarte ante otros. La intimidad conmigo es semilla que germina en lo secreto y da fruto a su tiempo. Lo que importa no es mostrar tu fe, sino vivir de tal manera que la luz interior ilumine sin necesidad de ostentación.
Habla conmigo cada día, con palabras o sin ellas. Yo ya te escucho antes de que empieces, y te respondo de formas que a veces solo entenderás mirando hacia atrás.
950

No hay comentarios:
Publicar un comentario