![]() |
La multiplicación de los panes y los peces.
Desde un punto de vista teológico tradicional, se considera un milagro atribuido a ti, donde con unos pocos panes y peces alimentaste a miles. Esta perspectiva enfatiza lo sobrenatural: la creación de alimento de la nada, un acto que desafía las leyes naturales.
Por otro lado, algunos estudiosos modernos proponen una interpretación basada en la solidaridad. Sugieren que el verdadero "milagro" fue la transformación de los corazones de la multitud, que, inspirados por el gesto de compartir del niño que ofreció sus panes y peces, comenzaron a compartir sus propios alimentos escondidos.
¿Qué sucedió en realidad? ¿Hubo multiplicación o solidaridad?
Jesús:
Lo que sucedió aquel día no fue una lección de magia, sino una revelación del Reino.
Los hombres estaban acostumbrados a la escasez, a guardarse lo poco que tenían, a desconfiar del otro. Y de pronto, un niño —sí, un niño— ofreció lo suyo sin cálculos ni miedo. Ese gesto sencillo abrió una grieta en la muralla de la avaricia. ¿Fue solidaridad? Sí. ¿Fue milagro? También. Porque abrir el corazón humano a la generosidad es un milagro más difícil que multiplicar el pan.
Pero no reduzcas el misterio a una explicación. A veces los milagros no rompen las leyes naturales: revelan una ley más profunda que el egoísmo, una ley que estaba dormida y que puede despertar con un solo gesto.
¿Hubo una multiplicación visible? Para algunos, sí. Para otros, lo real fue el cambio invisible: la comunidad se alimentó no solo de pan, sino de confianza, de comunión, de presencia compartida.
Yo no vine a deslumbrar, sino a despertar. Y aquel día muchos se despertaron a algo más grande que ellos mismos. Por eso recogimos los pedazos: para que no se perdiera ni un gramo de ese despertar.
A veces me preguntáis: "¿Fue físico o simbólico?". Pero no hay muro entre lo material y lo espiritual. Todo pan compartido es cuerpo de vida. Todo acto de amor transforma la realidad.
¿Quieres saber qué sucedió realmente? Lo estás viviendo cada vez que dejas de pensar solo en ti y compartes lo que tienes. Ese es el milagro que no cesa.
930

No hay comentarios:
Publicar un comentario