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¿Cómo evitar que la fe se convierta en una carga?
Jesús:
La fe no es una emoción que debas fabricar ni un peso que debas cargar. Es como la respiración: sucede de forma natural cuando el corazón está abierto. No consiste en mantener siempre un estado de exaltación, sino en una confianza constante, tranquila, que se sostiene incluso cuando no la sientes intensamente.
Cuando la fe se fuerza, deja de ser fe y se convierte en actuación. El amor verdadero no necesita aparentar; así también la fe. No te preocupes por sentir siempre lo mismo. Hay días de entusiasmo y días de silencio. En ambos, la fe puede estar viva.
Lo que la alimenta no es la presión por demostrarla, sino la sinceridad de tu búsqueda y la constancia en los pequeños actos de obediencia. Vive tu relación con Dios como algo integrado en tu vida, no como un papel que interpretas.
No compares tu camino con el de otros. La semilla crece de maneras distintas en cada terreno. Hay quien florece rápido y quien lo hace lentamente, pero lo importante es que las raíces se hundan en la tierra correcta.
Si me sigues desde la verdad y no desde la apariencia, tu fe se volverá ligera, como el aire que respiras, y firme, como la roca que no se mueve.
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