jueves, 11 de septiembre de 2025

Hablar con Jesús (103) Orad sin cesar.

Querido Jesús: 


San Pablo, en 1 Tesalonicenses 5:17, exhorta a los creyentes a "orar sin cesar". ¿Cómo podemos mantener una comunicación continua contigo en una sociedad donde imperan el ruido y la prisa?

Jesús:

Hijo mío, orar sin cesar no significa que tengas que repetir palabras continuamente ni pasar todo el día de rodillas. Orar sin cesar es vivir con el corazón vuelto hacia mí, dejar que tu existencia entera se convierta en un diálogo conmigo.

En medio del ruido y la prisa, puedes invocar mi nombre con un suspiro, un silencio en tu interior. Yo no te pido largos discursos, sino un corazón disponible. A veces basta con decir en lo secreto: "Jesús, aquí estoy", y tu vida entera se convierte en oración.

Cuando trabajas con amor, oras. Cuando escuchas con paciencia a quien sufre, oras. Cuando agradeces un gesto sencillo o aceptas con paz una dificultad, también oras. La oración continua no está en los labios, sino en la actitud de un alma que me recuerda en todo.

El mundo te empuja a la dispersión, a vivir con el corazón dividido. Yo, en cambio, te ofrezco un centro. Si me colocas en ese centro, todo lo demás encuentra su lugar. No te preocupes si la mente se distrae o si no logras mantener un clima perfecto de recogimiento: cada vez que vuelves a mí, aunque sea con una breve invocación, ya estás cumpliendo la exhortación de mi apóstol.

Recuerda: no se trata de multiplicar palabras, sino de dejar que el amor sea constante. Orar sin cesar es vivir conmigo, sabiendo que yo vivo contigo.

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