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Ha ocurrido lo impensable —o tal vez lo inevitable. Tres exministros, dos expresidentes del Senado y más de treinta ex altos cargos del PSOE han firmado una carta abierta pidiendo la dimisión de Pedro Sánchez. Lo hacen no desde el rencor ni desde la nostalgia, sino desde el dolor de quienes dedicaron su vida al servicio público, creyendo en un proyecto socialista basado en la ética, la democracia y la justicia social. La gravedad del gesto no puede subestimarse.
Entre los firmantes del manifiesto figuran dos exministros de Felipe González, José Barrionuevo y Javier Sáenz de Cosculluela, y uno de José Luis Rodríguez Zapatero, Antonio César Molina; los ex presidentes del Senado Juan José Laborda y Javier Rojo; y el que fuera fiscal general del Estado Eligio Hernández.
También hay antiguos 'barones' del PSOE como Nicolás Redondo (Euskadi), Tomás Gómez (Madrid) y José Rodríguez de la Borbolla (Andalucía); exalcaldes como Francisco Vázquez (A Coruña) y Jesús Quero (Granada), y varios exdirigentes de Ferraz, exdiputados y senadores y otros altos cargos.
No estamos hablando de nombres menores. Son figuras que ayudaron a construir el PSOE moderno, el de la Transición, el que consolidó el Estado del Bienestar y la España europea. No son los típicos críticos mediáticos ni viejas glorias en busca de foco. Son, sobre todo, voces que han callado durante mucho tiempo y que ahora han decidido hablar, cuando el hedor de la corrupción y del clientelismo ya es insoportable.
La carta denuncia la "corrupción" en torno al actual Gobierno y exige una "profunda regeneración". ¿Qué significa esto en términos reales? Significa que una parte fundamental del socialismo histórico no reconoce en Pedro Sánchez al líder que necesita el partido. Significa que el poder se ha convertido en un fin en sí mismo, sin escrúpulos para pactar con quienes despreciaron las instituciones, humillaron a la justicia y fracturaron la unidad nacional. Significa, en definitiva, que el PSOE ha dejado de ser el PSOE.
La amnistía a los condenados del procés ha sido la gota que colmó el vaso para muchos. No se trata de una medida de reconciliación, como se quiere vender, sino de un pago a plazos por la investidura. El precio: deslegitimar al Tribunal Supremo, humillar a los jueces, alterar el equilibrio de poderes y dividir a la sociedad española entre ciudadanos de primera (los aforados por conveniencia) y ciudadanos de segunda (los que cumplen la ley sin premios ni indultos).
Pedro Sánchez ha construido un poder personalista, blindado frente a la crítica interna y sostenido por un relato sentimental que convierte cualquier objeción en “fango”. Pero ya no se trata de la oposición política o mediática. Ahora el cuestionamiento viene desde dentro, desde las raíces mismas del partido. Y si el PSOE no escucha a sus fundadores, a sus servidores públicos, a sus militantes históricos, terminará siendo irreconocible incluso para sus votantes.
Hay momentos en los que callar es complicidad. Y esta carta es, ante todo, un acto de conciencia. No para destruir, sino para salvar lo que aún queda. Porque regenerar no es una traición: es un deber.
LA CARTA
Madrid, 24 de junio de 2025
Al secretario general del Partido Socialista Obrero Español
D. Pedro Sánchez Pérez-Castejón
Calle Ferraz, 70
28008 Madrid
Señor secretario general:
Los abajo firmantes, personas que hemos desempeñado responsabilidades públicas por encargo de Gobiernos socialistas o del propio Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y que mantenemos un firme compromiso con sus valores fundacionales, queremos expresar nuestra profunda preocupación ante el grave deterioro que están causando los continuos escándalos que afectan a la actual dirección del partido.
Los casos de corrupción vinculados a personas de tu máxima confianza, como lo han sido los dos últimos secretarios de organización, se suman a una práctica de gobierno caracterizada por espurias decisiones políticas que han supuesto una efectiva mutación de nuestra Constitución, que fue aprobada en referéndum por el pueblo español.
Nos referimos, entre otros aspectos, a la prórroga injustificada de los Presupuestos Generales del Estado, la progresiva marginación del poder legislativo, el reiterado incumplimiento de los compromisos electorales, el deterioro del Estado de Derecho, el ejercicio discrecional del poder ejecutivo, la ocupación de los órganos de control del Estado, las negociaciones opacas sobre una ley de amnistía a medida de las exigencias de un prófugo de la justicia y la alarmante falta de transparencia en la gestión pública. Estas prácticas han provocado un grave deterioro institucional y han alimentado la desconfianza de la ciudadanía hacia el sistema democrático.
Por todo ello, consideramos urgente cumplir con el compromiso electoral de regeneración democrática, lo que exige, en primer lugar, una profunda regeneración del PSOE. Estamos convencidos de que esta tarea no puede ser liderada por quien ha sido responsable directo del actual proceso de degradación institucional. Tras siete años de mandato, lejos del fortalecimiento de la vida pública, hemos asistido a un preocupante retroceso democrático.
En consecuencia, y con el único propósito de salvaguardar la dignidad de nuestros votantes y restituir el honor del Partido Socialista y de su militancia, solicitamos:
• Tu inmediata renuncia como secretario general del PSOE.
• Que el Comité Federal, de acuerdo con los estatutos del partido, designe una Comisión Gestora encargada de convocar un Congreso Extraordinario.
Te trasladamos esta petición con el respeto que merece tu cargo, pero con la firme convicción de que un cambio profundo resulta imprescindible para preservar el futuro del socialismo democrático en España.
Asimismo, te solicitamos que hagas llegar esta carta a los miembros del Comité Federal.
Atentamente,
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