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Leire Díez a su llegada a Ferraz |
Gestos que alimentan el malestar
El descontento entre militantes y dirigentes se ha intensificado debido a varias acciones de la cúpula socialista. En primer lugar, el secretario de Organización, Santos Cerdán, recibió a Leire Díez en la sede de Ferraz tras su declaración ante el instructor del expediente informativo abierto por el partido, un gesto interpretado por algunos como una deferencia inusual. A diferencia de casos anteriores, como el del exministro José Luis Ábalos, suspendido rápidamente de militancia, no se adoptaron medidas cautelares contra Díez, lo que ha sido percibido como una protección por parte de la dirección.
Otro punto de fricción fue la solicitud de baja voluntaria de Díez como militante, presentada tras su reunión en Ferraz. Esta decisión, que evitó la apertura de un expediente disciplinario, ha sido vista por sectores del partido como una salida pactada para minimizar el impacto de la controversia. Además, la tardanza de la dirección en reaccionar y la ausencia de críticas públicas contundentes, salvo las iniciales del portavoz Patxi López, han generado desconcierto entre las bases.
El comunicado oficial del PSOE también ha sido objeto de crítica, ya que evitó condenar directamente a Díez y se centró en denunciar una supuesta conspiración contra el Gobierno, además de defender los derechos de los afiliados. Durante su visita a Ferraz, Díez entregó un pendrive con información, un gesto que algunos interpretan como una aceptación implícita por parte del partido, lo que ha avivado aún más las sospechas de favoritismo.
Contraste con otros casos
El trato dispensado a Leire Díez contrasta notablemente con la gestión de otros casos, como el de Ábalos, lo que ha llevado a militantes y dirigentes a cuestionar la coherencia de la dirección. Figuras destacadas del PSOE, como Eduardo Madina, Emiliano García-Page, Javier Lambán y Susana Díaz, han expresado públicamente su malestar ante lo que consideran un "esperpento" que daña la imagen del partido. Sin embargo, el ministro de Transportes, Óscar Puente, restó importancia a estas críticas, refiriéndose despectivamente a un "cuarteto de herejes".
La defensa de Díez y la respuesta del PSOE
Por su parte, Leire Díez ha negado haber actuado en nombre del PSOE, afirmando que sus acciones formaban parte de una investigación periodística personal. El partido, mientras tanto, ha trasladado el pendrive aportado por Díez a la Fiscalía para que se investigue, insistiendo en que no existe evidencia de una vinculación oficial entre la exmilitante y la cúpula socialista.
Un partido dividido
La percepción de un trato desigual y la falta de una condena clara por parte de la dirección han generado una creciente irritación en el PSOE. Las bases, según fuentes internas, consideran que esta situación perjudica gravemente la credibilidad del partido en un momento político delicado. Mientras el PSOE intenta contener las críticas internas y externas, el caso de Leire Díez sigue siendo un foco de tensión que pone a prueba la cohesión y la imagen del partido.
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