viernes, 27 de junio de 2025

El ego es una jaula, y el deseo de reconocimiento, su carcelero

El ego es a menudo percibido como un aliado en nuestra búsqueda de identidad y propósito. Sin embargo, al observarlo de cerca, se revela como una jaula sutil pero restrictiva, y el deseo de reconocimiento externo actúa como su carcelero implacable. Esta metáfora captura una verdad profunda sobre la condición humana: la manera en que nuestro sentido del yo puede limitarnos y cómo la validación externa perpetúa esa prisión. En este artículo, exploraremos esta idea, sus implicaciones y cómo podemos empezar a liberarnos de estas cadenas invisibles.

El ego como jaula

El ego no es inherentemente malo; es una herramienta de supervivencia, una forma de organizarnos en un mundo complejo. Nos ayuda a definir quiénes somos, a diferenciarnos de los demás y a navegar las dinámicas sociales. Sin embargo, cuando el ego se convierte en el centro de nuestra existencia, se transforma en una jaula. Esta jaula no tiene barrotes físicos, pero sus límites son igual de reales: nos confina a una narrativa rígida sobre quiénes debemos ser, qué debemos lograr y cómo debemos ser percibidos.

Cada vez que nos aferramos a una imagen de nosotros mismos —el profesional exitoso, el alma creativa, el líder carismático— nos encerramos en un molde. Este molde nos limita, porque cualquier acción, pensamiento o emoción que no encaje con esa imagen se siente como una amenaza. El ego nos susurra que debemos proteger esa identidad a toda costa, incluso si eso significa reprimir nuestra autenticidad o evitar riesgos que podrían llevarnos a crecer. Así, la jaula se fortalece, y cada decisión se filtra a través de la lente de "¿cómo me hará ver esto?".

El deseo de reconocimiento como carcelero

Si el ego es la jaula, el deseo de reconocimiento es el carcelero que nos mantiene atrapados. Este anhelo de validación externa —aplausos, elogios, likes, prestigio— actúa como un guardián que refuerza los barrotes del ego. Nos seduce con promesas de plenitud: "Si tan solo logras esto, si tan solo te ven de esta manera, serás suficiente". Pero este es un espejismo. El reconocimiento externo es efímero, y su búsqueda perpetúa una dependencia que nos aleja de nuestra libertad interior.

El carcelero del reconocimiento es astuto. Nos empuja a compararnos con los demás, a medir nuestro valor en función de logros externos o la aprobación de otros. En la era digital, este fenómeno se amplifica: las redes sociales convierten cada publicación en una oportunidad para buscar validación, cada "me gusta" en un pequeño refuerzo de nuestra prisión. Pero incluso fuera del mundo virtual, el deseo de reconocimiento nos lleva a priorizar la opinión ajena sobre nuestra propia verdad. Actuamos para impresionar, no para expresar. Elegimos caminos que aseguran el aplauso, no los que nos desafían a crecer.

Las consecuencias de la prisión del ego

Vivir dentro de esta jaula tiene un costo elevado. Primero, nos desconecta de nuestra esencia. Al priorizar la imagen que proyectamos, perdemos contacto con nuestros deseos genuinos, nuestras vulnerabilidades y nuestra capacidad de experimentar la vida sin filtros. Segundo, nos vuelve frágiles. Cuando nuestro sentido de valía depende del reconocimiento externo, cualquier crítica o fracaso se siente como un ataque personal. Finalmente, nos limita. El miedo a salir de la jaula —a ser vistos como imperfectos, a fallar, a no cumplir con las expectativas— nos impide explorar nuestro potencial pleno.

Esta prisión también afecta nuestras relaciones. Cuando el ego domina, vemos a los demás como espejos de nuestra valía: competidores, jueces o admiradores. Las conexiones auténticas se diluyen, reemplazadas por interacciones calculadas para reforzar nuestra imagen. El amor, la amistad y la colaboración se convierten en transacciones en lugar de expresiones de humanidad compartida.

El camino hacia la libertad

Liberarse de la jaula del ego y de su carcelero no es un proceso sencillo, pero es posible. El primer paso es la consciencia. Reconocer que el ego no es nuestro verdadero yo, sino una construcción, nos permite observarlo con distancia. La meditación, la introspección y la práctica de la atención plena son herramientas poderosas para cultivar esta consciencia. Al observar nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, comenzamos a ver cómo el ego nos limita y cómo el deseo de reconocimiento nos manipula.

El segundo paso es redefinir el éxito. En lugar de medir nuestro valor por logros externos o la aprobación de otros, podemos enfocarnos en valores internos: autenticidad, crecimiento, compasión. Preguntarnos "¿esto refleja quién quiero ser?" en lugar de "¿cómo me hará ver esto?" nos ayuda a alinear nuestras acciones con nuestra esencia.

El tercer paso es soltar el apego al reconocimiento. Esto no significa rechazar los elogios o evitar el éxito, sino dejar de depender de ellos para sentirnos completos. Una práctica útil es celebrar los pequeños actos de valentía que no buscan aplausos: decir una verdad incómoda, aceptar un fracaso, o simplemente ser nosotros mismos sin máscaras. Cada uno de estos actos debilita los barrotes de la jaula.

Finalmente, cultivar la conexión con los demás desde un lugar de vulnerabilidad y autenticidad nos ayuda a trascender el ego. Cuando nos relacionamos sin esperar nada a cambio, sin buscar validación, descubrimos que la verdadera libertad no está en ser vistos, sino en ver y ser con los demás de manera genuina.

Conclusión

El ego es una jaula que nosotros mismos construimos, y el deseo de reconocimiento es el carcelero que nos mantiene dentro. Pero la llave de la libertad está en nuestras manos. Al tomar consciencia de las formas en que nos limitamos, al redefinir lo que significa ser valiosos y al soltar la necesidad de validación externa, podemos empezar a derribar los barrotes de esta prisión invisible. La verdadera libertad no se encuentra en ser admirados, sino en ser auténticos, en vivir desde un lugar de verdad y conexión. Al liberarnos del ego y su carcelero, descubrimos que el mundo es mucho más amplio —y nosotros, mucho más libres— de lo que jamás imaginamos.

jueves, 26 de junio de 2025

Te vas a morir igual: una reflexión sobre la vida, el cuidado y la muerte

Juan Julio Alfaya
Cuadernos del exilio

Puedes hacer ejercicio, seguir una dieta equilibrada, no fumar, no beber alcohol, no consumir drogas, dormir tus ocho horas diarias, practicar meditación Zen o rezar con devoción. Y, sin embargo, te vas a morir igual. Recordar que la muerte es inevitable es el primer paso hacia una vida más lúcida.

Vivimos en una cultura obsesionada con la salud, la longevidad, la prevención, la juventud eterna. Se nos promete que si hacemos "lo correcto" —si seguimos las dietas, las rutinas, los rituales de bienestar— podremos controlar nuestro destino, prolongar la vida indefinidamente o, al menos, retrasar el ocaso. Pero lo cierto es que, por mucho que hagamos, hay una certeza que no se mueve: vamos a morir. Nadie escapa. Ni el asceta ni el hedonista. Ni el sabio ni el necio.

Ante esta certeza, se abren dos caminos. Uno, el del abandono: si la muerte es segura, ¿para qué cuidarse? ¿Por qué no entregarse al exceso, al descuido, al olvido de sí mismo? El otro, más difícil y más profundo, es el del sentido: si la muerte es segura, ¿cómo deseo vivir el tiempo que me queda?

Porque aunque el destino sea común, la manera de recorrer el camino no lo es. No vivimos igual. No sufrimos igual. No envejecemos igual. No morimos igual.

Cuidarse no debería ser una estrategia contra la muerte, sino una forma de estar mejor mientras se vive. Hacer ejercicio no es un conjuro de inmortalidad, sino un acto de respeto por el cuerpo que habitamos. Comer bien, dormir, mantener la mente clara, cultivar la vida interior, no son garantías de nada, pero sí condiciones para vivir con cierta plenitud, con cierto equilibrio, con cierta paz.

Desde la filosofía estoica hasta el existencialismo moderno, muchos pensadores han repetido una misma idea con distintos acentos: la muerte le da forma a la vida. Recordar que somos mortales no debería paralizarnos, sino despertarnos. Cada día es una oportunidad que no se repetirá. Cada acción, por mínima que sea, cobra sentido si se inscribe en esa conciencia del fin. Y cada cuidado que nos prodigamos —físico, mental, espiritual— no es un acto de vanidad, sino de gratitud.

Aceptar que te vas a morir igual no significa caer en la desesperanza, sino aprender a vivir sin engaños. Dejar de luchar contra el límite y, en cambio, reconciliarte con él. Vivir mejor no para evitar la muerte, sino para honrar la vida.

Las diez trampas del ego espiritual

Juan Julio Alfaya

En el camino espiritual, es fácil creer que cuanto más avanzamos, más libres estamos del ego. Pero una de las paradojas más sutiles del crecimiento interior es que el ego no desaparece fácilmente: se transforma, se disfraza, se adapta. Así nace el ego espiritual, esa parte de nosotros que, lejos de extinguirse, encuentra nuevas formas de afirmarse a través de la propia búsqueda espiritual.

A continuación, exploramos nueve trampas comunes del ego espiritual. Reconocerlas no es motivo de culpa ni vergüenza, sino una oportunidad de profundizar en la autenticidad de nuestro proceso.

1. Creerse más evolucionado que los demás

Una de las trampas más comunes consiste en pensar —aunque sea en silencio— que hemos "despertado" más que otras personas. Esta sensación puede surgir después de leer ciertos libros, meditar durante años o seguir a un maestro reconocido. Sin embargo, la verdadera evolución espiritual no genera arrogancia, sino humildad. Creerse superior es una señal clara de que el ego sigue al mando, solo que con ropa nueva.

2. Usar el lenguaje espiritual para evitar emociones

Frases como "todo es una ilusión" o "solo hay que soltar" pueden sonar sabias, pero a menudo se usan para evitar enfrentar emociones incómodas: rabia, miedo, tristeza, culpa. Este fenómeno se conoce como evasión espiritual, y aunque parezca inofensivo, puede bloquear el crecimiento real. La espiritualidad auténtica no evita el dolor: lo atraviesa con presencia.

3. Buscar experiencias místicas como trofeos

Algunas personas se obsesionan con alcanzar estados elevados: despertar la kundalini, tener visiones, sentir éxtasis. Aunque estas experiencias pueden ser reales y transformadoras, no definen la profundidad de una persona. El ego espiritual convierte estos momentos en medallas o símbolos de estatus, buscando validación en lo extraordinario en lugar de en lo cotidiano.

4. Identificarse con un maestro, grupo o linaje

Adherirse ciegamente a un maestro, religión o corriente espiritual puede convertirse en una forma de ego colectivo. Surge el "nosotros" frente al "ellos": nosotros somos los verdaderos, los que seguimos el camino correcto; los demás están perdidos. Esta identificación refuerza la separación, cuando la espiritualidad auténtica tiende a unir, no a dividir.

5. Creer que ya no se tiene ego

Quizá la trampa más peligrosa sea pensar que hemos trascendido el ego. Esta creencia crea un punto ciego que impide ver cómo sigue actuando, de forma más sutil. El ego puede usar incluso la idea de "iluminación" para consolidarse. Cuanto más creemos estar más allá del ego, más poder le damos en la sombra.

6. Rechazar el mundo material o el cuerpo

Algunas enseñanzas espirituales enfatizan tanto el desapego, que terminan por negar el cuerpo, la sexualidad, el placer o la vida material. Se cae entonces en un dualismo estéril: espíritu bueno, materia mala. Pero la espiritualidad encarnada abraza lo humano como parte del camino: el cuerpo, las relaciones, el trabajo… Todo puede ser vehículo de consciencia.

7. Buscar validación a través del rol de sanador o guía

El deseo de ayudar puede ser genuino, pero si se mezcla con la necesidad de ser reconocido, admirado o necesitado, se convierte en alimento para el ego espiritual. Hay guías que terminan creando dependencia en sus discípulos, o que no toleran ser cuestionados, porque confunden autoridad con iluminación.

8. Exigir pureza o perfección en uno mismo o en los demás

Cuando el ideal espiritual se convierte en un estándar rígido, cualquier emoción humana es vista como "vibración baja" o "algo egoico". Esto produce represión, juicio y desconexión. La espiritualidad auténtica no se mide por la pureza, sino por la capacidad de amar incluso lo imperfecto, en uno mismo y en los otros.

9. Confundir intuición con proyecciones del ego

A veces, lo que creemos que es una "sensación" o "intuición" profunda no es más que el ego disfrazado, queriendo evitar algo que teme. Decimos cosas como: "esa persona tiene mala energía", cuando en realidad simplemente nos ha tocado una herida. Discernir entre intuición y proyección requiere honestidad y humildad.

10. El ego no se destruye, se reconoce

El ego espiritual no es algo que se elimina, sino algo que se comprende y se observa sin identificarse con él. No se trata de culparse por caer en estas trampas, sino de mantener una actitud vigilante, abierta, autocrítica y compasiva.

La madurez espiritual no radica en vivir sin ego, sino en saber cuándo está actuando y elegir no obedecerle.

Pedro Sánchez mete a España en una insólita guerra comercial con Trump tras una cumbre de la OTAN marcada por la tensión

La participación de Pedro Sánchez en la reciente cumbre de la OTAN, celebrada en La Haya, ha desencadenado un inesperado conflicto diplomático y comercial con Estados Unidos. El detonante: la negativa del presidente español a cumplir el compromiso acordado por todos los aliados de elevar el gasto militar al 5 % del PIB para 2035. Sánchez, aunque firmó la declaración final de la cumbre, declaró públicamente que España solo alcanzará el 2,1 %, argumentando que subir hasta el 5 % supondría "hipotecar el Estado del bienestar" con un sobrecoste estimado en 300.000 millones de euros.

La respuesta del expresidente y candidato republicano Donald Trump no se hizo esperar. En declaraciones recogidas por medios estadounidenses, Trump calificó a España como "el único país que se niega a pagar su parte" y advirtió que, de ganar las elecciones de noviembre, impondrá el "doble de aranceles" a las exportaciones españolas. "Si no quieren pagar en defensa, van a pagar en comercio. Es muy simple", sentenció.

¿Guerra comercial en ciernes?

Trump mencionó directamente la posibilidad de atacar las exportaciones españolas más estratégicas hacia EE. UU.: aceite de oliva, vino, maquinaria, productos farmacéuticos y alimentos procesados. España exporta anualmente más de 17.000 millones de euros a Estados Unidos, siendo este su principal socio comercial fuera de la UE. Cualquier incremento arancelario podría perjudicar gravemente sectores clave de la economía española, especialmente el agroalimentario y el industrial.

Un conflicto con múltiples derivadas

Este inesperado giro sitúa a España en el centro de una potencial guerra comercial con el que podría volver a ser el hombre más poderoso del mundo. Más allá de los impactos económicos, el episodio revela una tensión estructural entre dos visiones del liderazgo occidental: una basada en la presión armamentística, y otra que apuesta por un equilibrio entre seguridad y bienestar social.

Pedro Sánchez ha abierto un frente impredecible con un rival que no acostumbra a dejar advertencias sin cumplir.

miércoles, 25 de junio de 2025

El autismo no es una enfermedad

El autismo, o trastorno del espectro autista (TEA), es un término que a menudo genera malentendidos. Una de las ideas más importantes que debemos comprender es que el autismo no es una enfermedad. En lugar de ser una condición que requiere una "cura", el TEA es una forma de neurodivergencia, una variación natural en la manera en que el cerebro procesa información, se comunica y percibe el mundo. Este artículo busca aclarar qué es el autismo, desmitificar conceptos erróneos y destacar la importancia de la aceptación y el apoyo para las personas autistas.

¿Qué es el trastorno del espectro autista?

El TEA es una condición del neurodesarrollo que afecta la forma en que una persona interactúa, se comunica y percibe su entorno. Se le llama "espectro" porque las manifestaciones del autismo son increíblemente diversas, variando desde personas que requieren apoyo mínimo hasta aquellas que necesitan asistencia significativa en su vida diaria. Las características principales del TEA incluyen:

• Dificultad para interpretar señales sociales, mantener conversaciones o expresar emociones de manera convencional.

• Muchas personas autistas tienen intereses intensos en temas específicos o realizan acciones repetitivas que les ayudan a autorregularse.

• Algunas personas con TEA pueden ser hipersensibles o hiposensibles a estímulos como ruidos, luces o texturas.

Es crucial entender que estas características no son defectos, sino diferencias que forman parte de la identidad de una persona autista.

El autismo no es una enfermedad

A diferencia de una enfermedad, que implica un estado patológico que altera la salud y requiere tratamiento médico, el autismo es una condición inherente al individuo desde su nacimiento o las primeras etapas de desarrollo. No hay una "cura" para el autismo porque no es algo que deba ser eliminado. En lugar de enfocarnos en "arreglar" a las personas autistas, la sociedad debe trabajar en comprender y apoyar sus necesidades específicas.

Históricamente, el autismo ha sido malinterpretado, y en ocasiones se ha estigmatizado, lo que ha llevado a enfoques centrados en "normalizar" a las personas autistas en lugar de valorar su neurodiversidad. Este enfoque ha sido criticado por la comunidad autista, que aboga por la aceptación y el respeto hacia su forma única de experimentar el mundo.

La importancia de la aceptación y el apoyo

La aceptación del autismo implica reconocer que las personas autistas no son "defectuosas", sino que tienen fortalezas y desafíos únicos. Por ejemplo, muchas personas con TEA destacan en áreas como el pensamiento lógico, la atención al detalle, la memoria o la creatividad. Sin embargo, también pueden enfrentar barreras en entornos que no están diseñados para acomodar sus necesidades, como espacios ruidosos o interacciones sociales rígidas.

El apoyo adecuado puede incluir:

• Crear espacios inclusivos con menos estímulos sensoriales abrumadores.

• Promover la comprensión del autismo en escuelas, lugares de trabajo y comunidades.

• En lugar de intentar cambiar a la persona autista, las terapias deben enfocarse en mejorar su calidad de vida, como ayudarla a desarrollar habilidades de comunicación o estrategias para manejar el estrés.

De la patologización a la neurodiversidad

El movimiento de la neurodiversidad, impulsado en gran parte por personas autistas, busca cambiar la narrativa en torno al TEA. Este enfoque celebra las diferencias neurológicas como parte de la diversidad humana, en lugar de verlas como trastornos que necesitan corrección. Las personas autistas no son "menos" ni están "rotas"; simplemente experimentan el mundo de una manera distinta.

En lugar de preguntar cómo "curar" el autismo, la pregunta debería ser: ¿cómo podemos crear una sociedad más inclusiva que valore y apoye a las personas autistas tal como son? Esto incluye escuchar las voces de la comunidad autista, que tiene mucho que decir sobre sus propias experiencias y necesidades.

Conclusión

El autismo no es una enfermedad, sino una expresión de la diversidad humana. Las personas con TEA aportan perspectivas únicas y valiosas al mundo, y merecen ser aceptadas y apoyadas en lugar de estigmatizadas. Al educarnos sobre el autismo y promover la inclusión, podemos construir una sociedad que celebre la neurodiversidad y permita que todas las personas prosperen. La clave no está en cambiar a las personas autistas, sino en transformar el mundo para que sea un lugar donde puedan brillar.

Sánchez firma el 5 % con la OTAN… y luego lo niega

Por Juan Julio Alfaya

Pedro Sánchez ha vuelto a demostrar que, en política, la ambigüedad puede convertirse en herramienta de supervivencia. Lo que para algunos es diplomacia hábil, para otros es una burda manipulación. En la última cumbre de la OTAN, celebrada en La Haya, el presidente del Gobierno firmó con toda claridad una declaración en la que los países miembros se comprometen a alcanzar el 5 % del PIB en gasto defensivo para 2035. Un hecho incuestionable.

Sin embargo, con gesto serio y tono firme, Sánchez negó haber suscrito tal compromiso. Alegó que España mantendrá su senda propia, limitando el esfuerzo al 2,1 % del PIB, porque el Estado del bienestar "no es negociable". Esa frase, cuidadosamente escogida para el consumo interno, encierra una contradicción que no puede pasarse por alto: si el gasto militar del 5 % es tan lesivo para los intereses sociales, ¿por qué lo firmó? Y si no lo firmó realmente, ¿por qué entonces su nombre aparece en el documento junto a los de los otros 31 aliados?

La respuesta está en ese terreno difuso que Sánchez domina con soltura: el compromiso que no compromete, el acuerdo con "flexibilidad", la firma que no obliga. Un intercambio de cartas con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, habría garantizado una "excepción española", una vía alternativa para cumplir con lo esencial sin abrazar el número maldito del 5. Pero ¿puede una organización basada en la unidad estratégica permitirse ese tipo de excepciones sin resquebrajarse?

Lo cierto es que la estrategia del presidente bordea la doblez. En Bruselas y Washington no ha pasado desapercibido el gesto. Donald Trump, de regreso al centro del debate político estadounidense, ya ha disparado su artillería retórica: acusa a España de aprovecharse de la protección de la Alianza sin pagar su parte. "Pagará el doble", ha dicho. No se trata solo de amenazas vacías: podrían derivarse consecuencias comerciales, diplomáticas o incluso estratégicas.

España necesita aliados, pero también necesita coherencia. Nadie puede cuestionar que un país tenga prioridades sociales. Lo que sí se debe cuestionar es que se juegue al despiste con los compromisos internacionales, sobre todo cuando lo que está en juego es la seguridad común.

El bipartidismo como enemigo de la soberanía popular

Juan Julio Alfaya

El bipartidismo, entendido como la alternancia sostenida en el poder entre dos grandes partidos, ha sido presentado históricamente como un modelo de estabilidad democrática. Sin embargo, cuando se consolida como una estructura cerrada y excluyente, puede convertirse en una forma de poder que vulnera derechos fundamentales y atenta contra la dignidad de los ciudadanos.

En primer lugar, el bipartidismo tiende a reducir la representación política real. En sociedades plurales y diversas, donde coexisten múltiples visiones del mundo, reducir la oferta electoral a dos opciones es empobrecer el debate público y negar la legitimidad de otras voces. Muchos ciudadanos terminan votando "al menos malo" o se ven forzados a aceptar un mal menor, lo cual vacía de contenido el acto democrático y lo convierte en una rutina frustrante.

Además, el bipartidismo suele derivar en una alternancia de apariencias. Los partidos mayoritarios, lejos de representar proyectos radicalmente distintos, acaban respondiendo a los mismos intereses económicos, mediáticos y burocráticos. En este contexto, la política se convierte en una simulación: se discute sobre formas, pero se evita cualquier cuestionamiento profundo al modelo de poder establecido. El ciudadano, entonces, se convierte en espectador pasivo de un teatro previsible.

Otra consecuencia grave es el cierre del sistema a nuevas propuestas. Los partidos emergentes enfrentan obstáculos desproporcionados para competir: leyes electorales diseñadas para favorecer a los grandes, escaso acceso a medios y financiación, y una cultura política que identifica la disidencia con el caos. Así, el bipartidismo no solo margina voces alternativas, sino que reproduce una forma de dominio que se presenta como inevitable.

Por todo ello, cuando el bipartidismo se instala como un régimen de exclusión disfrazado de democracia, lesiona la dignidad ciudadana. No hay verdadera libertad política si las opciones son ficticias; no hay ciudadanía plena si el poder se reserva para unos pocos. La democracia exige pluralismo, apertura, crítica y renovación constante. Sin esos elementos, el bipartidismo se convierte en lo que muchos ya experimentan: un callejón sin salida para la esperanza colectiva.

martes, 24 de junio de 2025

El juez Peinado solicita al Supremo investigar a Félix Bolaños por malversación y falso testimonio en el caso Begoña Gómez

En un nuevo capítulo del caso que investiga a Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el juez Juan Carlos Peinado ha elevado una solicitud al Tribunal Supremo para que se impute al ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, por presuntos delitos de malversación de fondos públicos y falso testimonio. Esta petición, presentada el pasado 24 de junio de 2025, intensifica la controversia judicial que rodea al entorno del Ejecutivo.

El magistrado, titular del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid, fundamenta su solicitud en una exposición razonada de entre 32 y 34 folios, en la que detalla "indicios razonables, sólidos y cualificados" contra Bolaños. Según Peinado, el actual ministro, que en 2018 ocupaba el cargo de secretario general de la Presidencia, habría participado en la contratación de Cristina Álvarez, asesora de Begoña Gómez, quien presuntamente realizó labores privadas para esta última utilizando recursos públicos. Estas actividades incluían gestiones relacionadas con la cátedra de Gómez en la Universidad Complutense de Madrid, lo que podría constituir un delito de malversación.

Además, el juez cuestiona la veracidad de la declaración que Bolaños ofreció como testigo el 16 de abril de 2025. En ella, el ministro afirmó no conocer detalles sobre la contratación de Álvarez, una versión que Peinado considera contradictoria con las pruebas recabadas, abriendo la puerta a un posible delito de falso testimonio.

Dado el aforamiento de Bolaños como miembro del Gobierno, el juez Peinado no tiene competencia para imputarlo directamente, por lo que ha trasladado el caso al Tribunal Supremo, que ahora deberá decidir si inicia una investigación formal. En su exposición, el magistrado también ha planteado la posibilidad de ordenar un registro en La Moncloa para obtener documentación relevante, aunque descarta esta medida por el momento, considerándola desproporcionada, y deja la decisión en manos del alto tribunal.

El caso Begoña Gómez, que ya incluye acusaciones contra la esposa del presidente por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios, ha generado un fuerte debate político. Desde el entorno de Bolaños se defiende su inocencia, calificando la solicitud del juez como un intento de desgastar al Gobierno de Sánchez. Fuentes cercanas al ministro han señalado que las acusaciones carecen de fundamento sólido y forman parte de una estrategia para presionar al Ejecutivo en un contexto de alta tensión política.

La resolución del Tribunal Supremo será clave para determinar el rumbo de esta investigación, que podría tener importantes implicaciones tanto judiciales como políticas. Mientras tanto, el caso sigue alimentando la polarización en España, con el Gobierno y la oposición enfrentados por las ramificaciones de esta causa judicial.

Por el momento, ni el Supremo ni el Ministerio de Justicia han emitido declaraciones oficiales sobre la solicitud de Peinado. La atención se centra ahora en el alto tribunal, cuya decisión marcará el próximo paso en este complejo entramado judicial.

Ex altos cargos del PSOE han firmado una carta abierta pidiendo la dimisión de Pedro Sánchez

Por Juan Julio Alfaya

Ha ocurrido lo impensable —o tal vez lo inevitable. Tres exministros, dos expresidentes del Senado y más de treinta ex altos cargos del PSOE han firmado una carta abierta pidiendo la dimisión de Pedro Sánchez. Lo hacen no desde el rencor ni desde la nostalgia, sino desde el dolor de quienes dedicaron su vida al servicio público, creyendo en un proyecto socialista basado en la ética, la democracia y la justicia social. La gravedad del gesto no puede subestimarse.

Entre los firmantes del manifiesto figuran dos exministros de Felipe González, José Barrionuevo y Javier Sáenz de Cosculluela, y uno de José Luis Rodríguez Zapatero, Antonio César Molina; los ex presidentes del Senado Juan José Laborda y Javier Rojo; y el que fuera fiscal general del Estado Eligio Hernández.

También hay antiguos 'barones' del PSOE como Nicolás Redondo (Euskadi), Tomás Gómez (Madrid) y José Rodríguez de la Borbolla (Andalucía); exalcaldes como Francisco Vázquez (A Coruña) y Jesús Quero (Granada), y varios exdirigentes de Ferraz, exdiputados y senadores y otros altos cargos.

No estamos hablando de nombres menores. Son figuras que ayudaron a construir el PSOE moderno, el de la Transición, el que consolidó el Estado del Bienestar y la España europea. No son los típicos críticos mediáticos ni viejas glorias en busca de foco. Son, sobre todo, voces que han callado durante mucho tiempo y que ahora han decidido hablar, cuando el hedor de la corrupción y del clientelismo ya es insoportable.

La carta denuncia la "corrupción" en torno al actual Gobierno y exige una "profunda regeneración". ¿Qué significa esto en términos reales? Significa que una parte fundamental del socialismo histórico no reconoce en Pedro Sánchez al líder que necesita el partido. Significa que el poder se ha convertido en un fin en sí mismo, sin escrúpulos para pactar con quienes despreciaron las instituciones, humillaron a la justicia y fracturaron la unidad nacional. Significa, en definitiva, que el PSOE ha dejado de ser el PSOE.

La amnistía a los condenados del procés ha sido la gota que colmó el vaso para muchos. No se trata de una medida de reconciliación, como se quiere vender, sino de un pago a plazos por la investidura. El precio: deslegitimar al Tribunal Supremo, humillar a los jueces, alterar el equilibrio de poderes y dividir a la sociedad española entre ciudadanos de primera (los aforados por conveniencia) y ciudadanos de segunda (los que cumplen la ley sin premios ni indultos).

Pedro Sánchez ha construido un poder personalista, blindado frente a la crítica interna y sostenido por un relato sentimental que convierte cualquier objeción en “fango”. Pero ya no se trata de la oposición política o mediática. Ahora el cuestionamiento viene desde dentro, desde las raíces mismas del partido. Y si el PSOE no escucha a sus fundadores, a sus servidores públicos, a sus militantes históricos, terminará siendo irreconocible incluso para sus votantes.

Hay momentos en los que callar es complicidad. Y esta carta es, ante todo, un acto de conciencia. No para destruir, sino para salvar lo que aún queda. Porque regenerar no es una traición: es un deber.

LA CARTA

Madrid, 24 de junio de 2025
Al secretario general del Partido Socialista Obrero Español
D. Pedro Sánchez Pérez-Castejón
Calle Ferraz, 70
28008 Madrid

Señor secretario general:

Los abajo firmantes, personas que hemos desempeñado responsabilidades públicas por encargo de Gobiernos socialistas o del propio Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y que mantenemos un firme compromiso con sus valores fundacionales, queremos expresar nuestra profunda preocupación ante el grave deterioro que están causando los continuos escándalos que afectan a la actual dirección del partido.

Los casos de corrupción vinculados a personas de tu máxima confianza, como lo han sido los dos últimos secretarios de organización, se suman a una práctica de gobierno caracterizada por espurias decisiones políticas que han supuesto una efectiva mutación de nuestra Constitución, que fue aprobada en referéndum por el pueblo español.

Nos referimos, entre otros aspectos, a la prórroga injustificada de los Presupuestos Generales del Estado, la progresiva marginación del poder legislativo, el reiterado incumplimiento de los compromisos electorales, el deterioro del Estado de Derecho, el ejercicio discrecional del poder ejecutivo, la ocupación de los órganos de control del Estado, las negociaciones opacas sobre una ley de amnistía a medida de las exigencias de un prófugo de la justicia y la alarmante falta de transparencia en la gestión pública. Estas prácticas han provocado un grave deterioro institucional y han alimentado la desconfianza de la ciudadanía hacia el sistema democrático.

Por todo ello, consideramos urgente cumplir con el compromiso electoral de regeneración democrática, lo que exige, en primer lugar, una profunda regeneración del PSOE. Estamos convencidos de que esta tarea no puede ser liderada por quien ha sido responsable directo del actual proceso de degradación institucional. Tras siete años de mandato, lejos del fortalecimiento de la vida pública, hemos asistido a un preocupante retroceso democrático.

En consecuencia, y con el único propósito de salvaguardar la dignidad de nuestros votantes y restituir el honor del Partido Socialista y de su militancia, solicitamos:

•  Tu inmediata renuncia como secretario general del PSOE. 

•  Que el Comité Federal, de acuerdo con los estatutos del partido, designe una Comisión Gestora encargada de convocar un Congreso Extraordinario.

Te trasladamos esta petición con el respeto que merece tu cargo, pero con la firme convicción de que un cambio profundo resulta imprescindible para preservar el futuro del socialismo democrático en España.

Asimismo, te solicitamos que hagas llegar esta carta a los miembros del Comité Federal.

Atentamente,


Gordofobia: Qué es y cómo impacta en la sociedad

La gordofobia es el odio, rechazo y violencia que sufren las personas gordas por el hecho de estar gordas. Es una discriminación que está basada en prejuicios respecto a los hábitos, costumbres y salud de las personas gordas, apoyada en la creencia de que el cuerpo gordo responde a una falta de voluntad o de autocuidado, de no hacer el esfuerzo suficiente para estar delgado/a, mereciendo "castigo" o rechazo. A continuación, exploraremos en qué consiste la gordofobia, sus manifestaciones, sus impactos y la importancia de combatirla.

¿Qué es la gordofobia?

La gordofobia se refiere a cualquier actitud, comportamiento o práctica que discrimina o estigmatiza a las personas por su tamaño corporal, particularmente a aquellas que no encajan en los estándares de delgadez promovidos por la sociedad. Este tipo de discriminación puede ser explícito, como insultos o burlas, o implícito, como suposiciones sobre la salud o el estilo de vida de una persona basadas únicamente en su apariencia física.

La gordofobia está profundamente vinculada a los ideales de belleza predominantes en muchas culturas, que glorifican la delgadez como sinónimo de éxito, disciplina y atractivo. Estos estándares no solo son irreales para muchas personas, sino que también ignoran la diversidad de cuerpos y las complejidades de la salud, que no siempre está determinada por el peso.

Manifestaciones de la gordofobia

La gordofobia se presenta en múltiples esferas de la vida cotidiana, afectando a las personas en contextos sociales, laborales, médicos y culturales. Algunas de sus manifestaciones más comunes incluyen:

• Discriminación en el ámbito laboral: Las personas gordas suelen enfrentar sesgos en procesos de contratación, ascensos o evaluaciones, bajo la falsa premisa de que su peso refleja una falta de profesionalismo o capacidad.

• Estigmatización en el sistema de salud: En el ámbito médico, es frecuente que los profesionales atribuyan cualquier problema de salud al peso del paciente, ignorando otras posibles causas. Esto puede llevar a diagnósticos erróneos o a una atención médica deficiente.

• Exclusión en espacios públicos: La falta de infraestructura adaptada, como asientos en transporte público, ropa en tallas grandes o acceso a espacios diseñados para cuerpos delgados, refuerza la exclusión de las personas gordas.

• Estereotipos en los medios: Los medios de comunicación a menudo representan a las personas gordas como personajes cómicos, perezosos o poco atractivos, perpetuando estereotipos que alimentan la gordofobia.

• Burlas y comentarios ofensivos: Desde chistes hasta críticas disfrazadas de "preocupación por la salud", los comentarios gordofóbicos son una forma común de hostigamiento que afecta la autoestima y el bienestar emocional.

Impactos de la gordofobia

La gordofobia tiene consecuencias significativas tanto a nivel individual como colectivo. A nivel personal, las personas gordas pueden experimentar baja autoestima, ansiedad, depresión o trastornos alimenticios debido a la presión social y la discriminación constante. En el ámbito social, la gordofobia refuerza desigualdades, limita oportunidades y perpetúa una cultura de exclusión que afecta la calidad de vida de millones de personas.

Además, la gordofobia puede tener un impacto negativo en la salud física. La estigmatización en entornos médicos puede llevar a que las personas eviten buscar atención por miedo a ser juzgadas, lo que agrava problemas de salud que podrían tratarse a tiempo. Por otro lado, la obsesión cultural con la delgadez fomenta prácticas poco saludables, como dietas extremas o ejercicios excesivos, que no garantizan bienestar a largo plazo.

Combatir la gordofobia: Un cambio necesario

Algunas acciones clave para combatirla incluyen:

• Educación y sensibilización: Promover una comprensión más amplia de la diversidad corporal y desafiar los estereotipos asociados con el peso.

• Inclusión en los medios: Representar a las personas gordas de manera diversa, positiva y realista, rompiendo con los clichés.

• Accesibilidad: Garantizar que los espacios públicos, la moda y otros sectores sean inclusivos para todos los tamaños corporales.

• Enfoque en la salud integral: Fomentar un enfoque de salud que priorice el bienestar general en lugar de centrarse únicamente en el peso.

• Lenguaje respetuoso: Evitar comentarios o chistes que perpetúen la estigmatización y promover un diálogo respetuoso sobre los cuerpos.

Conclusión

La gordofobia es un problema social que va más allá de los prejuicios individuales; es un sistema de discriminación que afecta la vida de las personas en múltiples niveles. Reconocer y desafiar la gordofobia es un paso crucial hacia una sociedad más inclusiva y justa, donde la diversidad de cuerpos sea celebrada y respetada. Cambiar esta narrativa requiere un esfuerzo colectivo para cuestionar los estándares de belleza, promover la empatía y garantizar que todas las personas, independientemente de su tamaño, sean tratadas con dignidad y respeto.

Jorge Luis Borges y las bibliotecas

Jorge Luis Borges, el célebre escritor argentino y uno de los pilares de la literatura universal del siglo XX, convirtió las bibliotecas en un símbolo recurrente y profundo en su obra. Más allá de ser meros depósitos de libros, las bibliotecas en sus textos se erigen como metáforas del universo, el conocimiento, el caos, el orden y la condición humana. Este artículo explora la presencia de las bibliotecas en la obra de Borges, su significado y la influencia de su experiencia personal como bibliotecario.

Uno de los relatos más emblemáticos de Borges, "La Biblioteca de Babel", publicado en 1941 dentro de la colección Ficciones, encapsula su fascinación por las bibliotecas. En este cuento, Borges imagina una biblioteca infinita compuesta por galerías hexagonales que contienen todos los libros posibles de 410 páginas, generados por todas las combinaciones imaginables de letras. Aquí se encuentran tanto obras maestras como cadenas incoherentes de caracteres, un archivo total del lenguaje humano.

Esta biblioteca trasciende lo físico para convertirse en una alegoría del universo mismo. Es a la vez un paraíso y una prisión: ofrece la promesa del conocimiento absoluto, pero su vastedad lo hace inalcanzable. Los bibliotecarios que la recorren buscan desesperadamente libros con sentido, reflejando la lucha humana por hallar significado en un mundo caótico. Borges juega con la idea del infinito, sugiriendo que, si todo está escrito, la verdad y el sinsentido coexisten en igual medida.

Las bibliotecas y los libros en la obra de Borges a menudo encarnan lo inalcanzable y lo misterioso. En "El libro de arena" (1975), incluido en el libro homónimo, presenta un volumen con páginas infinitas, sin principio ni fin, que desafía la lógica y abruma a su poseedor. Este libro, imposible de catalogar o comprender, simboliza la incapacidad humana de dominar el conocimiento en su totalidad.

Aunque no trata directamente de bibliotecas, "Funes el memorioso" (1942, también en Ficciones) complementa esta visión. Ireneo Funes, con su memoria perfecta, encarna una suerte de "biblioteca mental" donde cada detalle del mundo se registra sin filtro. Sin embargo, esta capacidad lo condena a la locura, sugiriendo que el acceso ilimitado al saber puede ser tan destructivo como revelador.

La relación de Borges con las bibliotecas no fue solo literaria, sino también personal. Entre 1955 y 1973, dirigió la Biblioteca Nacional de Argentina, tras haber trabajado en una biblioteca municipal. Esta etapa coincidió con su progresiva ceguera, una ironía que él mismo exploró en su poesía. En "Poema de los dones" (1960), publicado en El hacedor, escribe: 

"Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche". 

Aquí, la biblioteca se transforma en un "paraíso" y un "laberinto", un espacio de maravilla y frustración donde el conocimiento es a la vez un don y una carga.

La visión de Borges sobre las bibliotecas trasciende su tiempo, resonando en la era digital. "La Biblioteca de Babel" puede leerse como una prefiguración de internet: un repositorio vasto, caótico y fascinante donde la información abunda, pero el significado requiere esfuerzo y perspectiva. Su obra ha inspirado a escritores, filósofos y artistas, consolidando la biblioteca como un símbolo universal del anhelo humano por comprender el mundo.

En conclusión, las bibliotecas en la obra de Jorge Luis Borges son mucho más que espacios físicos. Son universos en miniatura, laberintos del intelecto y espejos de la existencia. A través de cuentos como "La Biblioteca de Babel" y poemas como "Poema de los dones", Borges nos invita a reflexionar sobre el conocimiento, sus límites y la belleza de su búsqueda interminable. 

lunes, 23 de junio de 2025

Falso misticismo y abuso espiritual: el lado oscuro de la fe

Por Juan Julio Alfaya

En tiempos de confusión moral y crisis de sentido, la búsqueda de lo espiritual resurge con fuerza. Sin embargo, no todo lo que se presenta como experiencia religiosa auténtica lo es. Bajo el ropaje de lo sagrado, proliferan prácticas de dudosa legitimidad y figuras que, lejos de conducir al creyente hacia la verdad, lo sumergen en la manipulación y la dependencia. Es el terreno resbaladizo del falso misticismo y el abuso espiritual.

El misticismo verdadero ha estado siempre asociado a la humildad, el silencio interior y la transformación ética. Pero el falso misticismo se presenta como un espectáculo, una sucesión de "revelaciones", "mensajes divinos" y "visiones" que apelan más a la emoción que a la razón, y que suelen girar en torno a la figura del "iluminado" de turno. Este tipo de espiritualidad fraudulenta no busca el encuentro con Dios, sino el control sobre los demás.

En muchos casos, se trata de líderes carismáticos que aseguran tener contacto directo con lo divino, convirtiéndose en intermediarios exclusivos entre Dios y sus seguidores. A menudo utilizan un lenguaje esotérico o una reinterpretación arbitraria de textos sagrados para reforzar su autoridad. Así se crea un ambiente cerrado, impermeable a la crítica, donde la fe se convierte en obediencia ciega.

El abuso espiritual es una forma insidiosa de violencia. Consiste en utilizar el lenguaje religioso o la autoridad moral para dominar la conciencia ajena, imponer conductas, generar culpa o justificar comportamientos abusivos. Puede ocurrir en cualquier confesión, movimiento o comunidad religiosa, y no distingue entre tradición ni jerarquía.

Entre las manifestaciones más frecuentes están la culpabilización constante del creyente, la imposición de sacrificios extremos, la exigencia de donaciones económicas desproporcionadas o el aislamiento social. En los casos más graves, puede derivar en abuso psicológico, físico o sexual, encubierto bajo supuestas pruebas de fe o actos "inspirados por Dios".

Lo más alarmante es que muchas de estas prácticas ocurren a la vista de todos, amparadas por el silencio cómplice o el miedo de los propios creyentes. La sacralización de ciertos líderes impide el ejercicio del juicio crítico y fomenta un clima de sumisión incompatible con la dignidad humana.

Expertos en espiritualidad y salud mental coinciden en que una fe sin discernimiento es terreno fértil para el fanatismo y la manipulación. La verdadera experiencia religiosa no anula la libertad interior ni exige la renuncia a la razón. Al contrario: impulsa al creyente a crecer en conciencia, responsabilidad y sentido ético.

En este contexto, es urgente una formación espiritual seria, que permita identificar las señales del falso misticismo: la obsesión por lo extraordinario, la idolatría del líder, la desvalorización del pensamiento crítico o el desprecio por las instituciones legítimas. Igualmente necesario es denunciar públicamente los casos de abuso, incluso cuando ocurren en espacios que muchos consideran intocables.

Combatir el falso misticismo y el abuso espiritual no es tarea exclusiva de las autoridades religiosas. Es un deber ético de toda sociedad que aspire a proteger la libertad de conciencia y la integridad de las personas. La fe no puede ser excusa para la sumisión, ni la espiritualidad un escudo para el abuso.

En nombre de lo sagrado se han cometido atrocidades a lo largo de la historia. Hoy, en pleno siglo XXI, no podemos permitir que se sigan repitiendo. La verdadera espiritualidad no esclaviza: libera. Y todo líder que hable en nombre de Dios debería ser el primero en recordar que quien manipula en Su nombre, lo traiciona.

Pedro Sánchez roza el desastre en las encuestas

Algunos sondeos sitúan al PSOE por debajo de los cien diputados en un escenario de derrumbe electoral.

La tormenta política que rodea al Gobierno de Pedro Sánchez empieza a traducirse en un desplome electoral sin precedentes. Según varios sondeos recientes, el PSOE podría caer por debajo de la simbólica barrera de los cien diputados, lo que supondría su peor resultado desde la restauración democrática. Las encuestas elaboradas por NC Report para La Razón sitúan al partido en una horquilla de 105 a 107 escaños, mientras que un estudio de Target Point para El Debate le da tan solo 98.

Este descalabro se produce en medio de una oleada de escándalos que salpican al núcleo duro del socialismo. La imputación de José Luis Ábalos, exministro y figura destacada de la anterior legislatura, y las investigaciones que afectan a Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, han dejado al partido en estado de shock. El intento del presidente Sánchez de cerrar filas y proyectar una imagen de control ha resultado, por ahora, insuficiente.

Por su parte, la oposición de derechas capitaliza el desgaste. El Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo se afianza como primera fuerza, con estimaciones que le otorgan entre 157 y 159 diputados, muy por encima de su resultado en las últimas elecciones. Vox, lejos de estancarse, repunta hasta alcanzar cerca de los 50 escaños, consolidando así una posible mayoría absoluta de derechas que oscilaría entre los 199 y 222 escaños, si se suma el apoyo de ambos partidos.

El hundimiento del PSOE no solo alimenta a la oposición, sino que agita las aguas dentro del propio partido. Varios barones territoriales —algunos de ellos desplazados del poder en sus comunidades— han comenzado a cuestionar abiertamente el liderazgo de Sánchez. Se habla en voz baja de una posible sucesión o incluso de un adelanto electoral, opción que el presidente ha rechazado tajantemente al reafirmar su voluntad de agotar la legislatura hasta 2027.

Mientras tanto, los socios de investidura, como Sumar y otras formaciones de izquierda, también sufren un retroceso electoral y temen verse arrastrados por la caída socialista. En un intento por desmarcarse, algunos líderes de estos grupos han pedido "limpieza" y "responsabilidades políticas" en el seno del Gobierno, lo que pone aún más presión sobre Sánchez.

En este contexto, el presidente se enfrenta a un dilema: mantener su estrategia de resistencia institucional o intentar un viraje que revitalice a su electorado. El desgaste de su imagen pública, las promesas incumplidas y el hartazgo de una parte de la base progresista parecen dibujar un horizonte sombrío. La pregunta clave ahora es si Sánchez será capaz de recuperar la iniciativa o si el ciclo político se cierra con un retorno de la derecha al poder.

Lo cierto es que el panorama para el PSOE es crítico. No solo por la posibilidad de perder el gobierno, sino porque está en juego la hegemonía progresista que ha sostenido en los últimos años. Si las encuestas se confirman en las urnas, Pedro Sánchez podría pasar a la historia no como el líder que resistió, sino como el que condujo a su partido al borde del abismo.

domingo, 22 de junio de 2025

Las empresas extranjeras empiezan a buscar destinos con menores riesgos institucionales

La crisis política en España frena la inversión extranjera y afecta a proyectos tecnológicos clave.

La crisis de confianza generada por los últimos escándalos de corrupción en el entorno del PSOE comienza a tener consecuencias palpables en la economía española. Los inversores extranjeros, hasta hace poco optimistas ante el auge tecnológico en regiones como Madrid y Aragón, han empezado a frenar o ralentizar importantes proyectos empresariales, especialmente en sectores estratégicos como los centros de datos.

Corrupción y riesgo político

En las últimas semanas, los casos de corrupción vinculados a altos cargos del Gobierno, especialmente en el Ministerio de Transportes y en la sede central del PSOE (calle Ferraz), han desencadenado una tormenta política. Investigaciones judiciales y actuaciones de la Guardia Civil han revelado presuntas tramas de amaños en la contratación pública, en las que figuran empresas relevantes del sector de infraestructuras, como Acciona.

La reacción de los mercados no se ha hecho esperar. El banco estadounidense JP Morgan ha advertido en un reciente informe que el clima de incertidumbre política en España se ha intensificado debido al deterioro de la transparencia institucional. Aunque no anticipa elecciones anticipadas, señala que la inestabilidad ya está afectando la confianza empresarial y la disposición de los fondos internacionales a comprometer capital en el país.

Madrid y Aragón: centros neurálgicos de la inversión tecnológica

En Madrid, región que concentra aproximadamente el 85 % de la inversión extranjera en alta tecnología, los planes para consolidar una "capital europea del dato" se han topado con varios obstáculos. Aunque hay ya 46 centros de datos operativos y se han captado más de 8.300 millones de euros en inversión, las recientes deficiencias de la red eléctrica —con apagones registrados en el sur de la comunidad— y las demoras regulatorias están provocando cautela entre los inversores. Empresas como Microsoft y Amazon Web Services, que encabezan algunos de los megaproyectos, han ralentizado sus contrataciones a la espera de mayor estabilidad.

En Aragón, la situación es ambivalente. La comunidad ha vivido un auténtico boom inversor, con 44.000 millones de euros comprometidos en los últimos doce meses, de los cuales más de 37.000 millones están vinculados a centros de datos y plantas industriales tecnológicas. No obstante, la velocidad de ejecución de las obras supera con creces la capacidad administrativa y energética regional. Las dificultades para asegurar una red eléctrica fiable y los cuellos de botella en la tramitación burocrática están poniendo en peligro los plazos de ejecución.

Perspectivas económicas

La caída de la inversión extranjera directa, registrada ya a finales de 2024 y confirmada en el primer semestre de 2025, es un indicador preocupante. Las empresas extranjeras empiezan a buscar destinos más previsibles y con menores riesgos institucionales. La advertencia de entidades como JP Morgan o Goldman Sachs no puede tomarse a la ligera: sin estabilidad política, seguridad jurídica y reformas estructurales, España corre el riesgo de perder competitividad en un momento crucial para su transición económica.

Conclusión

La corrupción y el desgaste político no son fenómenos aislados: están empezando a tener consecuencias directas sobre la economía real. Las grandes cifras de inversión tecnológica, que prometían transformar el país, ya muestran signos de desaceleración. Si el Gobierno no logra restaurar la confianza —tanto a nivel institucional como en el plano internacional—, la oportunidad histórica de convertir a España en un hub digital europeo podría evaporarse en cuestión de meses. 

Los 14 socialistas que se han atrevido a alzar la voz contra Pedro Sánchez

Emiliano García-Page, 
presidente de Castilla-La Mancha.
Desde que salió el informe de la UCO, cada vez hay más miembros del PSOE pidiendo elecciones o adelantar el congreso del partido. Hasta ahora, cada día se han ido sumando voces críticas dentro del partido. Ya van 14, y son voces de perfiles tan dispares como alcaldes o presidentes autonómicos actualmente en el cargo, un expresidente del Gobierno o exministros… todos con una misma idea: esto no puede seguir así.

Adelantar las elecciones generales, adelantar un congreso federal del partido, que la oposición impulse una moción de censura… son algunas de las propuestas que plantean para detener la sangría que está viviendo el PSOE.

1.- Emiliano García-Page (18 de junio)

El presidente de Castilla-La Mancha no se calla. Ha lamentado que el PSOE atraviesa el "momento más grave de credibilidad" de su historia y ha advertido de que no ve ninguna "salida digna" para el presidente Pedro Sánchez, porque lo que más teme es lo que aún no ha aparecido en los periódicos.

Pero también ha apuntado a la responsabilidad de "todos los amiguetes y socios fundadores de esta etapa del PSOE, de los que estaban en la conjura de las primeras primarias tras la famosa cortina rosa", ha dicho sobre la camarilla que formaban Ábalos, Koldo y Cerdán en torno al líder del PSOE.

Ya hace dos semanas, Page pidió a Sánchez que adelante las elecciones generales, para que no sean los candidatos autonómicos y municipales del PSOE los que paguen el malestar de los ciudadanos. 

"Estamos en un laberinto sin salida, con una sensación de caos colectivo. Muchos creen que Sánchez es el responsable de todo esto", sentenció.

2.- Tomás Gómez (18 de junio)

El que fue líder de los socialistas madrileños ha dicho que "los mosqueteros eran cuatro, no tres". Es decir, que incluye a Pedro Sánchez en el trío que formaron José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García.

Ha asegurado que es incomprensible que Sánchez no haya convocado unas elecciones generales por "un caso de corrupción que afecta a las personas con las que él decidió hacer equipo".

"Sánchez ha acabado con el PSOE, está acabando con España, su descomposición la está trasladando a las instituciones y al conjunto de la izquierda. No hay salida y Sánchez se empeña en mantenerse aferrado al sillón", ha censurado.

3.- Ángeles Álvarez (18 de junio)

Fue secretaria de Igualdad del PSOE en el Congreso de los Diputados y ahora representa a esa rama de feministas llamadas clásicas que no tiene ningún problema en tirarle de las orejas a su partido.

Durante estos días, se ha centrado en denunciar los contenidos machistas del informe de la UCO (los audios en los que Ábalos y Koldo elegían prostitutas), pero también ha hablado de la responsabilidad de Sánchez.

Ha dicho que no cree que fuera consciente de los casos concretos, pero que es difícil creer que no supiera que algo estaba sucediendo en términos más genéricos. "Era difícil no saberlo, otra cosa es que puede ser fácil no mirarlo", ha añadido.

4.- Virgilio Zapatero (17 de junio)

El exministro ha criticado que Sánchez no asuma las responsabilidades políticas de haber nombrado a Ábalos y a Cerdán. "A su famoso Manual de resistencia, carta de navegación de su paso por la vida pública, parece que le falta precisamente el capítulo de la responsabilidad", ha escrito Virgilio Zapatero en EL ESPAÑOL.

"Con unas elecciones generales quedaría zanjado el debate sobre la responsabilidad política del presidente Sánchez y España dejaría atrás estos años de encanallamiento de la política", ha sugerido.

5.- Pedro Bofill (17 de junio)

Fue miembro de la Ejecutiva, director de El Socialista y una de las cabezas pensantes más influyentes del partido. Ahora, ha pasado a formar parte de ese sector que llaman de los socialistas históricos y que no tienen problema en decir lo que piensan sobre Sánchez.

"Ha llegado la hora de regenerar la vida pública española y eso pasa previamente por la regeneración del PSOE, lo que es incompatible con la continuidad de la actual Secretaría general", ha escrito.

"El intento del secretario general de eludir su responsabilidad, alegando desconocimiento del proceder presuntamente delictivo de dos de sus principales colaboradores, carece de fundamento desde el punto de vista político y ético, y podría incluso interpretarse como una dejación de funciones", ha añadido.

6.- Juan Lobato (16 de junio)

El que fue líder de los socialistas madrileños, puesto que perdió por sus tensiones con Sánchez, es uno de los nombres que está surgiendo cuando se habla de una etapa posterior al actual secretario general.

Lobato dio una demoledora entrevista a Carlos Alsina en la que pidió que Sánchez se "mirara en el espejo" para analizar si debe continuar o no al frente del partido y del Gobierno. También y exigió un Congreso Federal extraordinario para que el PSOE decida su futuro.

"A nivel de Gobierno, es la regeneración democrática y la lucha contra la corrupción. La reflexión que hay que hacer es si estamos en un momento de legitimidad, de autoridad moral, para llevar a cabo eso en estas condiciones o hay que hacer cambios profundos", ha dicho.

7.- Odón Elorza (16 de junio)

El exalcalde de San Sebastián se fue del Congreso de los Diputados ya con mucha tensión con Sánchez. Aunque desde entonces ha mantenido un perfil relativamente bajo (siempre diciendo lo que opina) el informe de la UCO le ha vuelto a enfadar.

"No hay derecho a dañar gravemente la credibilidad del PSOE", ha escrito en un artículo, en el que sostiene que la defenestración de Cerdán "explota en la línea de flotación de la ética democrática del PSOE".

Elorza ha dicho que Sánchez no tiene ningún derecho a "amenazar la supervivencia del PSOE".

8.- Javier Lambán (15 de junio)

El expresidente de Aragón ya era uno de los barones críticos del PSOE antes de que le sustituyera la ministra portavoz, Pilar Alegría, al frente del partido en la comunidad. Ha recomendado la moción de censura contra Sánchez como "la única salida digna" a esta situación.

"La militancia ha sido humillada. Las federaciones han sido reducidas a meras oficinas de tramitación de decisiones ajenas", ha criticado. "El PSOE tiene que decidir si sigue siendo un partido democrático o un instrumento del caudillismo personal de Sánchez", ha añadido.

9.- Antonio Rodríguez Osuna (13 de junio)

Aunque no es el más conocido de esta lista, tiene mucho valor cualitativo que alce la voz, ya que es un cargo en activo. El alcalde de Mérida ha sido uno de los primeros en criticar la situación y ha pedido a Sánchez un congreso extraordinario y que renuncie a ser candidato.

Sobre la situación del PSOE, "no pueden opinar los mismos que eligieron en ese Congreso (el último, el de Sevilla) y que parte de esos miembros del Comité Federal los eligió precisamente Santos Cerdán", ha asegurado.

10.- Susana Díaz (13 de junio)

La expresidenta andaluza y contrincante en primarias de Sánchez ha pedido al presidente del Gobierno que adelante las elecciones generales cuanto antes. De lo contrario, ha asegurado, su partido va a llegar a 2027 completamente "arrastrado".

La socialista ha destacado que los votantes del PSOE viven todos los días "desbordados, con una barbaridad nueva". Aunque no ha querido arremeter directamente contra Sánchez, ha dicho que su partido tiene que "reaccionar".

11.- Luis Tudanca (12 de junio)

Tudanca fue el último de los que habló el mismo día que se conoció el informe de la UCO. Aunque no ha querido nombrar a Sánchez, es evidente a qué se refería cuando dijo: "A veces, todo es exactamente lo que parece. Primero el país, luego el partido y, por último, uno mismo".

Para Tudanca, el PSOE "merece el máximo respeto y la máxima decencia por todos los que están trabajando por el bien común y el servicio público".

12.- Eduardo Madina (12 de junio)

Su nombre es uno de los que suena para sustituir a Pedro Sánchez. Precisamente perdió unas primarias contra él, sobre las que ahora vuelven las sospechas de amaño por los mensajes entre Santos Cerdán y Koldo García que han salido a la luz.

El mismo día que se conoció el informe de la UCO, Madina participó en un acto en el que reivindicó el PSOE de Alfredo Pérez Rubalcaba, Felipe González y José Enrique Serrano. "Es lo mejor que se puede decir en un día como hoy", aseguró.

Aunque no arremete directamente contra Sánchez, ensalza a una generación que es contraria al actual presidente del Gobierno. Madina dijo, además, ser consciente "del peso que pueden llevar estas palabras".

13.- Felipe González (12 de junio)

Que el expresidente del Gobierno es contario a Sánchez no es ninguna novedad. Pero sí fue llamativa su reacción al informe de la UCO: "Madina fue mi candidato, y es más, lo sigue siendo en mi corazón y en mi cabeza", dejó caer González.

14.- José Antonio Díez (12 de junio)

La primera reacción crítica al informe de la UCO vino de abajo hacia arriba. El alcalde de León fue muy duro con Santos Cerdán… pero también con Sánchez.

"No se trata solo de declaraciones generales a la ciudadanía. Los militantes necesitamos una explicación clara y una asunción de responsabilidades" dijo, antes de apostar por la convocatoria de un Congreso Federal extraordinario.

"Aquí no vale el 'yo no lo sabía' o 'yo no me enteré'. Alguien nombró a alguien ministro, asesor o secretario de Organización. Yo creo que aquí hay responsabilidades, y ya es hora de que alguien las asuma", aseguró.

Diego Rodríguez Veiga 
21 junio 2025
El Español
https://www.elespanol.com/edicion/20250621/socialistas-atrevido-alzar-voz-alcalde-leon-page-madina-virgilio-zapatero/1003743815826_16.html 

sábado, 21 de junio de 2025

¿Elecciones anticipadas en España? Escenarios posibles tras la crisis de Pedro Sánchez

La crisis política que atraviesa el Gobierno de Pedro Sánchez, agravada por el llamado caso Koldo y el progresivo desgaste interno y externo del PSOE, ha abierto el debate sobre la posibilidad de elecciones anticipadas. Mientras se intensifican las presiones tanto desde la oposición como desde sectores progresistas desencantados, el tablero político español se mueve con una mezcla de incertidumbre y especulación. ¿Habrá elecciones antes de tiempo? ¿Qué caminos se abren ante una posible dimisión del presidente? A continuación, repasamos los principales escenarios posibles.

Escenario 1: Dimisión de Pedro Sánchez y convocatoria de elecciones

El escenario más drástico, y también el más temido por el PSOE, sería una dimisión de Sánchez sin relevo interno claro. En ese caso, el Rey Felipe VI debería iniciar una ronda de consultas con los partidos para buscar un nuevo candidato a la presidencia del Gobierno. Si en el plazo de dos meses ningún candidato logra ser investido, se disolverían automáticamente las Cortes y se convocarían nuevas elecciones generales.

Este desenlace tendría consecuencias profundas: según todas las encuestas, el Partido Popular se consolidaría como primera fuerza política, y podría acercarse a la mayoría absoluta con Vox o incluso explorar fórmulas de gobierno en solitario con apoyos puntuales. Para el PSOE, en cambio, supondría una debacle electoral difícil de revertir.

Escenario 2: Sucesión dentro del PSOE sin elecciones

Una alternativa más prudente sería la dimisión de Sánchez acompañada por la propuesta de un sucesor desde dentro del PSOE. Nombres como Nadia Calviño (si retornara a la política), María Jesús Montero o algún perfil técnico con aceptación parlamentaria han sonado en los últimos días como posibles relevos.

En este caso, el Congreso podría investir a la nueva figura con los apoyos actuales —Sumar, ERC, Bildu, Junts, PNV— evitando así la convocatoria electoral. No obstante, esto requeriría una operación quirúrgica de negociación política en un momento de máxima desconfianza, y no está claro que los socios de Sánchez mantengan su lealtad a cualquier figura alternativa del PSOE.

Escenario 3: Moción de censura de la oposición

Otra vía sería una moción de censura impulsada por el Partido Popular. Esta fórmula, sin embargo, requiere la presentación de un candidato alternativo y mayoría absoluta para prosperar. Dada la actual composición del Congreso, es poco probable que el PP consiga los apoyos necesarios, salvo que ocurra una fractura dentro del bloque de izquierdas o un giro inesperado entre partidos nacionalistas.

Aunque poco viable a corto plazo, esta opción gana fuerza si la crisis se prolonga y Pedro Sánchez, debilitado, se aferra al cargo. No obstante, supondría una jugada arriesgada que podría interpretarse como un intento de derrocamiento sin urnas.

Escenario 4: Resistencia institucional de Pedro Sánchez

Pese al desgaste y las presiones, no puede descartarse que Sánchez opte por resistir. Ha demostrado en otras ocasiones una notable capacidad para superar crisis políticas y manejar tiempos mediáticos. En este escenario, el presidente se mantendría al frente del Ejecutivo, probablemente con una remodelación ministerial y una ofensiva legislativa para recuperar la iniciativa.

Este camino permitiría al PSOE ganar tiempo, apaciguar tensiones internas y esperar una mejor coyuntura política o económica. No obstante, dependería de que sus socios parlamentarios no le retiren el apoyo, y de que no surjan nuevas informaciones que lo impliquen directamente en escándalos de corrupción.

Escenario 5: Elecciones anticipadas estratégicas

Existe también la posibilidad —más improbable, pero no imposible— de que el propio Sánchez convoque elecciones anticipadas como jugada política para intentar tomar la iniciativa y forzar una redefinición del mapa parlamentario. Sería una estrategia arriesgada, similar a la que ensayó en abril de 2023 con las elecciones autonómicas, pero esta vez sin red de seguridad.

El mensaje sería: "prefiero que el pueblo decida ahora a que me descabecen por desgaste o pactos de despacho". El riesgo, sin embargo, es altísimo: las encuestas no le son favorables y el clima social actual está cargado de desconfianza.

Conclusión: Una partida abierta, con final incierto

El futuro político de Pedro Sánchez y del actual Gobierno de coalición está en el aire. Aunque por ahora no hay una decisión firme, todos los caminos posibles implican escenarios complejos y de gran impacto institucional. El PSOE enfrenta una disyuntiva: resistir con el riesgo de la erosión interna o ceder paso a una reconfiguración de liderazgo o incluso del modelo de gobernabilidad.

La decisión de Sánchez será clave. Y aunque la aritmética parlamentaria puede permitirle continuar un tiempo más, el juicio de la opinión pública y la estabilidad de su propio partido podrían inclinar la balanza antes de lo esperado.

Los partidos más beneficiados y perjudicados por la crisis de Pedro Sánchez

La crisis política que envuelve al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en 2025, marcada por el escándalo de corrupción en el caso Koldo, ha sacudido el panorama político del país. Las investigaciones que involucran a figuras clave del PSOE, como Santos Cerdán y José Luis Ábalos, han desatado un torbellino de críticas, debilitando al gobierno y generando un impacto desigual en los partidos políticos. A continuación, analizamos quiénes salen fortalecidos y quiénes resultan más perjudicados por esta situación.

Partidos beneficiados

Vox, el gran beneficiado de la crisis

Si hay un partido que se beneficia claramente de la crisis interna del PSOE, ese es Vox. El partido de Santiago Abascal experimenta un crecimiento significativo en las encuestas, alcanzando el 16% de los votos, lo que le permitiría superar los 60 diputados. Este aumento refleja la consolidación de Vox como la principal alternativa de derechas en España.

Partido Popular (PP): La gran oportunidad de Feijóo

La erosión del PSOE ofrece al PP una oportunidad dorada para consolidarse como alternativa de gobierno. Feijóo ha intensificado su ofensiva, exigiendo elecciones anticipadas y acusando a Sánchez de liderar un Ejecutivo sumido en la corrupción. Las encuestas recientes sugieren que una alianza PP-Vox podría alcanzar una mayoría sólida, y la crisis refuerza esta narrativa. El PP aprovecha el descontento ciudadano, presentándose como un partido capaz de restaurar la estabilidad y la confianza, especialmente tras lo que describen como un "carrusel judicial" que amenaza la continuidad del gobierno.

Podemos: Una izquierda que se desmarca

Podemos, liderado por Ione Belarra, logra beneficiarse al desvincularse del PSOE y de Sumar, sus antiguos socios en la coalición progresista. La formación ha roto con el gobierno y critica abiertamente la gestión de Sánchez, presentándose como una alternativa "limpia" dentro de la izquierda. Esta postura les permite recuperar algo de relevancia entre los votantes progresistas decepcionados, aunque su impacto electoral sigue siendo limitado frente a la maquinaria de PP y Vox.

Partidos perjudicados

PSOE: Una crisis existencial

El Partido Socialista Obrero Español es, sin duda, el más perjudicado. El caso Koldo, que implica a figuras clave como Santos Cerdán (exsecretario de organización) y José Luis Ábalos (exministro), ha sido descrito como la crisis más grave en la historia reciente del partido. La percepción de corrupción, sumada a la falta de respuestas contundentes por parte de Sánchez, ha erosionado la confianza de su base electoral. Críticas internas, como las de Emiliano García-Page, quien afirmó que no hay "salida digna" para Sánchez, reflejan las tensiones dentro del partido. La negativa del presidente a convocar elecciones o someterse a una cuestión de confianza agrava la percepción de inmovilismo, debilitando aún más su liderazgo.

Sumar: Atrapados en la coalición

Sumar, liderado por Yolanda Díaz, sufre un desgaste significativo por su papel en el gobierno de coalición. La ausencia de Díaz y otros ministros de Sumar en sesiones clave del Congreso evidencia un intento de distanciarse del escándalo, pero no logra evitar el daño a su imagen. Atrapados entre apoyar a Sánchez para preservar el proyecto progresista y las presiones de sus bases para condenar la corrupción, Sumar enfrenta tensiones internas que amenazan su cohesión y proyección electoral.

ERC y PNV: El costo de la lealtad

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV), socios clave en la investidura de Sánchez, pagan un alto precio por su apoyo al gobierno. ERC, con Gabriel Rufián exigiendo claridad a Sánchez, se encuentra en una posición delicada, ya que su electorado independentista critica su respaldo a un Ejecutivo debilitado. El PNV, aunque más moderado, también ve cuestionada su estrategia de pactar con el PSOE, lo que afecta su credibilidad en el País Vasco. Ambos partidos corren el riesgo de perder apoyo si la crisis se prolonga.

Junts per Catalunya: Un equilibrio inestable

Junts, aunque menos comprometido que ERC, también sufre un desgaste por su apoyo parlamentario a Sánchez. Su estrategia de negociar con el PSOE se ve complicada por la inestabilidad del gobierno, lo que podría alejar a parte de su base independentista, que exige una postura más dura frente a un Ejecutivo en crisis.

Un panorama polarizado

La crisis de Pedro Sánchez ha profundizado la polarización en la política española. Vox y el PP aprovechan el momento para presionar por un cambio de gobierno, mientras que los partidos de izquierda y nacionalistas enfrentan un dilema: mantener la legislatura o desmarcarse para salvar su imagen. En redes sociales, como X, se percibe un creciente respaldo a Podemos como la única fuerza de izquierda que emerge relativamente indemne, mientras que los socios del gobierno (Sumar, ERC, PNV) enfrentan críticas por su lealtad a Sánchez.

La evolución de las investigaciones judiciales y la capacidad de Sánchez para recuperar la iniciativa serán cruciales para determinar si esta crisis redefine el equilibrio de poder en España. Por ahora, Vox y el PP capitalizan el desgaste del gobierno, mientras el PSOE y sus aliados luchan por contener una hemorragia política que amenaza con cambiar el rumbo del país.

El precio del feminismo de escaparate

Desde su llegada a La Moncloa, Pedro Sánchez no ha escatimado gestos simbólicos para presentarse como un abanderado del feminismo. "Un gobierno feminista", prometió al conformar el primer gabinete con más mujeres que hombres en la historia democrática de España. El eslogan ha sido repetido hasta la saciedad en foros internacionales, mítines y campañas electorales. Pero cuando ese feminismo ha chocado con la realidad interna del partido, la balanza ha terminado inclinándose del lado del cálculo, no del compromiso.

En política, los gestos importan. Pero cuando los gestos no se acompañan de una transformación real, se convierten en puro escaparate. Eso es lo que empieza a percibirse en el caso del feminismo que abandera Pedro Sánchez: un relato construido con eslóganes, fotos paritarias y grandes declaraciones, pero con pies de barro.

Desde el inicio de su mandato, Sánchez ha hecho del feminismo una pieza central de su marca personal. Designó a mujeres en cargos clave, asumió la causa feminista en foros internacionales y convirtió la igualdad de género en elemento identitario del "progreso" frente a la "reacción". Pero los hechos hablan con más fuerza que los discursos, y en los últimos tiempos ese feminismo cuidadosamente diseñado para las cámaras ha chocado contra una realidad más tozuda: la persistencia del machismo en el seno de su propio partido.

Los audios del caso Koldo

Los audios escandalosos del caso Koldo destaparon un machismo cutre, asqueroso, vulgar, arraigado y arrogante entre hombres que han gozado de poder bajo el paraguas socialista. La expulsión de Ábalos fue fruto de la presión mediática y no de una línea roja ética infranqueable.

El verdadero feminismo no se mide por la cantidad de ministras, sino por la calidad del cambio que se produce en las estructuras del poder, en los espacios de decisión. Si el PSOE no es capaz de erradicar el machismo de sus propias filas, su discurso se derrumbará por su propio peso, con consecuencias no solo para ellos, sino para toda la causa feminista.

El feminismo de Pedro Sánchez está herido de gravedad por la incoherencia interna, por la resistencia de un PSOE que no ha hecho del feminismo una convicción real sino una herramienta electoral. Y nada daña más una causa justa que la hipocresía de quienes dicen defenderla mientras socavan sus cimientos desde dentro.

Si Pedro Sánchez quiere salvar algo de la credibilidad feminista que construyó con tanto empeño, no basta con discursos grandilocuentes ni fotografías paritarias. Hará falta algo mucho más difícil: limpiar su propia casa.