![]() |
La propuesta del Gobierno español
Desde 2023, el Gobierno español ha impulsado la oficialidad del catalán, el gallego y el euskera en las instituciones europeas. Esto implicaría traducir todos los actos jurídicos de la UE a estas lenguas y ofrecer interpretación simultánea en reuniones y sesiones parlamentarias. La iniciativa, respaldada por el presidente catalán, Salvador Illa, busca reconocer la identidad cultural de millones de hablantes —unos 10 millones para el catalán— y corregir lo que algunos consideran una anomalía: lenguas con un estatus comparable al griego o el sueco, pero excluidas del marco oficial de la UE.
El Gobierno español se ha comprometido a asumir los costes estimados por la Comisión Europea, unos 132 millones de euros anuales, para facilitar la integración de estas tres lenguas.
El temor a un efecto dominó
El informe del EPRS advierte que aceptar esta propuesta podría desencadenar demandas similares de otras lenguas con estatus oficial o cooficial en los Estados miembros, como el luxemburgués, el turco o incluso el ruso en ciertas regiones de Estonia y Letonia. Países como Alemania, Francia e Italia han expresado reticencias, argumentando que el precedente podría complicar el funcionamiento de la UE, tanto por cuestiones logísticas como económicas. Siete Estados miembros —Alemania, Italia, Suecia, Finlandia, Austria, Croacia y la República Checa— bloquearon una votación sobre el tema en mayo de 2025, exigiendo un análisis más profundo de las implicaciones jurídicas y financieras.
Algunos ven la propuesta como una maniobra política del Gobierno español para garantizar el apoyo de partidos independentistas como Junts, lo que ha generado escepticismo en Bruselas.
El camino hacia adelante
La oficialidad de estas lenguas requiere la unanimidad de los 27 Estados miembros, un objetivo que sigue siendo esquivo. La próxima discusión está programada para junio de 2025, pero las divisiones persisten. El informe del EPRS plantea una pregunta clave: ¿está la UE preparada para gestionar un régimen lingüístico con 75 lenguas? La respuesta dependerá de si los Estados miembros logran equilibrar la defensa de la diversidad cultural con las exigencias prácticas de una unión cada vez más compleja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario