domingo, 4 de mayo de 2025

El descenso de Jesús a los infiernos (en realidad, al Hades)

El descenso de Jesús a los infiernos,  en realidad "descenso al Hades", es un tema que se menciona en algunas tradiciones cristianas y se basa en ciertos pasajes bíblicos. Algunas reflexiones sobre este evento:

1. La afirmación del Credo: En el Credo de los Apóstoles, se menciona que Jesús "descendió a los infiernos". Esta afirmación ha sido interpretada de diversas maneras a lo largo de la historia de la iglesia. La idea es que, después de Su muerte en la cruz, Jesús descendió a la morada de los muertos para proclamar Su victoria sobre el pecado y la muerte.

2. Referencias bíblicas: Aunque el término "infierno" puede ser confuso, en el contexto del Nuevo Testamento, se refiere a "Hades" o "Sheol", que es el lugar de los muertos. En 1 Pedro 3:18-20, se menciona que Jesús, después de haber sido muerto en la carne, fue vivificado en el espíritu y fue y predicó a los espíritus encarcelados. Esto se interpreta como un acto de proclamación de Su victoria sobre el pecado y la muerte.

1 Pedro 3:18-20: Porque también Cristo murió por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, muerto en la carne pero vivificado en el espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, quienes en otro tiempo fueron desobedientes cuando la paciencia de Dios esperaba en los días de Noé, durante la construcción del arca, en la cual unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas por medio del agua.

1 Pedro 4:6: Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios.

Efesios 4:8-10: Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.

3. La esperanza para los justos: Algunos teólogos interpretan que el descenso de Jesús también incluyó la liberación de los justos que habían muerto antes de Su venida. En Mateo 27:52-53, se menciona que muchos cuerpos de santos que habían dormido fueron resucitados después de la resurrección de Jesús. Esto sugiere que Su sacrificio abrió el camino para que los justos tuvieran acceso a la vida eterna.

Mateo 27:52-53: Se abrieron los sepulcros y muchos creyentes que habían muerto resucitaron. Salieron de los sepulcros y, después de la resurrección de Jesús, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos.

4. La importancia de la resurrección: El descenso de Jesús a los infiernos es parte del relato más amplio de Su muerte y resurrección. En Romanos 10:9 se nos dice que si confesamos con nuestra boca que Jesús es el Señor y creemos en nuestro corazón que Dios le levantó de los muertos, seremos salvos. La resurrección es el clímax de la victoria de Cristo sobre la muerte y el pecado.

En resumen, el descenso de Jesús a los infiernos es un evento que refleja Su victoria sobre la muerte y el pecado. Aunque se menciona en el Credo y en algunos pasajes bíblicos, su interpretación puede variar. Lo importante es que este evento forma parte de la obra redentora de Cristo, que culmina en Su resurrección y la oferta de salvación para todos los que creen en Él.

NOTA

Infierno y Hades no son exactamente lo mismo, aunque a menudo se usan de manera intercambiable en algunos contextos debido a traducciones o interpretaciones culturales. Aquí una breve distinción:

Hades: En la mitología griega, Hades es tanto el dios del inframundo como el nombre del lugar donde residen las almas de los muertos. No es necesariamente un lugar de castigo, sino un reino donde todas las almas, buenas o malas, iban después de la muerte. En el Nuevo Testamento (en griego), "Hades" se usa para referirse al lugar de los muertos, similar al concepto hebreo de Seol, un lugar de sombra o espera, no siempre asociado con tormento.

Infierno: En el contexto cristiano, el Infierno (del latín infernus, "lo que está abajo") es el lugar de castigo eterno para los pecadores, asociado con fuego, tormento y separación de Dios. En la Biblia, a veces se traduce como "Hades" o "Gehena" (un término que alude a un lugar de destrucción y juicio), pero el concepto teológico del Infierno como lugar de sufrimiento eterno se desarrolla más en la tradición cristiana.

En resumen, Hades es un concepto más mitológico, mientras que el Infierno tiene una connotación específica de juicio y castigo en el cristianismo.

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