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Nacionalidad: Una identidad disputada
La nacionalidad de Francisco Sánchez ha sido objeto de una prolongada controversia, reflejo de su vida transfronteriza y de la ambigüedad de las fronteras en el siglo XVI. Sánchez nació en Tuy, una ciudad gallega entonces perteneciente a la provincia eclesiástica de Braga, Portugal. Él mismo afirmó su origen español en un autógrafo: "Ego, Franciscus Sanctius, Hispanus, natus in civitate Tudensi" ("Yo, Francisco Sánchez, hispano, nacido en la ciudad tudense"). Sin embargo, fue bautizado en Braga, Portugal, el 25 de julio de 1551, hijo de un padre español, Antonio Sánchez, médico, y una madre portuguesa, Filipa de Sousa. Esta dualidad llevó a que España, Portugal y Francia reclamen su legado. Portugal lo considera propio por su bautismo y crianza en Braga, mientras que Francia lo reivindica por su larga residencia en Toulouse, donde desarrolló la mayor parte de su obra filosófica y médica. Las investigaciones de Henry Pierre Cazac a principios del siglo XX, basadas en documentos como el mencionado autógrafo, confirman su nacimiento en Tuy, inclinando la balanza hacia su origen español, aunque su identidad cultural es innegablemente híbrida.
Pensamiento: El escepticismo constructivo
Francisco Sánchez es célebre por su escepticismo, articulado principalmente en su obra maestra, Quod nihil scitur ("Que nada se sabe"), publicada en Lyon en 1581. Influenciado por la tradición pirrónica, revitalizada en el Renacimiento tras las traducciones al latín de Sexto Empírico por Henri Estienne (1562) y del Adversus Mathematicos (1569), Sánchez desarrolló un escepticismo que cuestionaba la posibilidad de alcanzar un conocimiento absoluto. A diferencia del escepticismo radical que niega toda certeza, Sánchez propuso un enfoque "constructivo" o "mitigado": aunque la verdad última es inalcanzable, es posible obtener un conocimiento limitado, imperfecto, basado en la observación, la experiencia y el juicio crítico.
Sánchez rechazó el aristotelismo y el argumento de autoridad, abogando por un examen directo de la realidad. En el prólogo de Quod nihil scitur, declara: "Revolvía los libros de los antiguos, interrogaba a los autores presentes", pero al no encontrar respuestas satisfactorias, decidió "encerrarse dentro de sí mismo" y examinar las cosas directamente, guiado por "los sentidos y la razón". Para él, el conocimiento solo puede captar los "accidentes" o fenómenos, no las esencias de las cosas, anticipando la fenomenología probabilística de David Hume. Su énfasis en la duda metódica y la experiencia empírica lo sitúa como un precursor del método científico y del racionalismo moderno.
Condición de judío: Un converso en el exilio
Francisco Sánchez nació en una familia de origen sefardí, considerada "cristiana nueva" tras su conversión forzada al cristianismo. Su padre, Antonio Sánchez, probablemente descendía de una familia judía castellana, y la condición de converso marcó la vida de la familia. En 1564, tras el establecimiento de la Inquisición en Galicia, los Sánchez huyeron a Burdeos, un refugio común para conversos. Esta experiencia de exilio y la sospecha constante hacia los judíos conversos influyeron en la trayectoria de Sánchez, quien vivió en un contexto de tensiones religiosas y persecución. A pesar de su conversión, su identidad judía lo situó en una posición marginal, lo que pudo haber alimentado su rechazo a las autoridades dogmáticas y su defensa de un pensamiento crítico e independiente.
Vida en Francia: Formación y carrera
La mayor parte de la vida de Sánchez transcurrió en Francia, donde se formó y desarrolló su carrera. Tras llegar a Burdeos en su infancia, estudió en el Collège de Guyenne, posiblemente junto a su primo lejano, Michel de Montaigne. Más tarde, viajó a Roma, donde obtuvo un doctorado en Filosofía, y en 1573 se matriculó en la Facultad de Medicina de Montpellier, donde se doctoró en 1574. Rechazado para un puesto de profesor en Montpellier, posiblemente por su condición de converso, se estableció en Toulouse. Allí, desde 1585, fue profesor de Filosofía y, desde 1612, de Medicina en la Universidad de Toulouse. También dirigió el Hospital de Saint Jacques, donde se dedicó al estudio anatómico, incluso realizando disecciones nocturnas de cadáveres. Su residencia en Toulouse, donde murió en 1623, consolidó su vinculación con Francia, y en su acta de defunción aparece como "François Chance", reflejo de su integración en el contexto francés.
Legado: Un pionero del pensamiento moderno
El legado de Francisco Sánchez radica en su contribución al escepticismo renacentista y su anticipación de la ciencia moderna. Su obra Quod nihil scitur fue reeditada en Frankfurt (1618), Rotterdam (1649) y Stettin (1665), y traducida a varias lenguas, lo que evidencia su impacto en Europa. Sánchez es considerado uno de los primeros en emplear el término "método científico", enfatizando la importancia de la observación empírica y el análisis crítico. Su escepticismo constructivo influyó en figuras como Marin Mersenne, Pierre Gassendi y los fundadores de la Royal Society, quienes desarrollaron sus ideas en el contexto de la revolución científica. En medicina, sus tratados en Opera medica (1636) abordaron enfermedades, farmacología y prácticas como la flebotomía, mostrando un enfoque racional y crítico hacia las pseudociencias de su tiempo. Filósofos como Leibniz lo consideraron uno de los grandes pensadores de la historia, y su obra sigue siendo estudiada como un puente entre el Renacimiento y la modernidad.
Influencia en Descartes: ¿Inspiración o plagio?
La relación entre Francisco Sánchez y René Descartes es uno de los aspectos más debatidos de su legado. Sánchez, nacido 46 años antes que Descartes, anticipó en Quod nihil scitur la duda metódica que Descartes haría célebre en su Discurso del método (1637). Ambos compartieron un rechazo al argumento de autoridad y un énfasis en la razón y la experiencia como guías del conocimiento. El prólogo de Sánchez, con frases como "Revolvía los libros de los antiguos", guarda un sorprendente paralelismo con pasajes del Discurso, donde Descartes escribe: "Revolvía todos los libros que caían en mis manos". El filósofo francés Pierre Daniel Huet acusó a Descartes de plagiar la duda metódica de Sánchez, y es probable que Descartes conociera su obra, dado que Quod nihil scitur era conocida en los círculos intelectuales europeos. Sin embargo, Sánchez y Descartes difieren en sus conclusiones: mientras Sánchez abraza un escepticismo probabilístico, Descartes busca certezas absolutas a través del "cogito, ergo sum". Aunque no hay evidencia definitiva de plagio, la influencia de Sánchez en Descartes es innegable, especialmente en la metodología de la duda como herramienta filosófica.
Conclusión
Francisco Sánchez el Escéptico fue un pensador visionario cuya vida y obra reflejan las tensiones y transformaciones del Renacimiento. Su identidad como judío converso, su trayectoria entre España, Portugal y Francia, y su escepticismo constructivo lo convierten en una figura única. Al cuestionar las autoridades tradicionales y abogar por la experiencia y la razón, Sánchez no solo anticipó el método científico, sino que también influyó en el desarrollo del racionalismo moderno. Su posible impacto en Descartes subraya su relevancia en la historia de la filosofía, y su legado perdura como un testimonio del poder de la duda para iluminar el camino hacia el conocimiento.
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