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1. La invitación a descansar: En Mateo 11:28-30, Jesús nos invita: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar". Esta invitación nos recuerda que, en medio de nuestras luchas y cargas, podemos encontrar descanso y paz en la presencia de Cristo. Él es nuestro refugio y fortaleza en tiempos de necesidad.
2. La renovación de fuerzas: En Isaías 40:31 se nos dice: "Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán". Este versículo enfatiza que al esperar y confiar en Dios, nuestras fuerzas son renovadas. La presencia de Dios nos revitaliza y nos da la energía necesaria para enfrentar los desafíos de la vida.
3. La importancia de la oración: Pasar tiempo en la presencia de Dios a través de la oración es fundamental para experimentar este descanso y renovación. Filipenses 4:6-7 nos instruye a no estar ansiosos por nada, sino a presentar nuestras peticiones a Dios en oración. Al hacerlo, la paz de Dios guardará nuestros corazones y mentes, brindándonos el descanso que necesitamos.
4. La adoración y la meditación: La adoración y la meditación en la Palabra de Dios también son formas de descansar en Su presencia. En Salmos 46:10 se nos dice: "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios". Al detenernos y enfocarnos en Su grandeza y fidelidad, encontramos consuelo y renovación en nuestras almas.
5. La promesa de Su presencia: Dios promete estar con nosotros en todo momento. En Hebreos 13:5, se nos asegura: "No te desampararé, ni te dejaré". Esta promesa nos da la confianza de que, sin importar las circunstancias, podemos descansar en Su presencia y encontrar la fortaleza que necesitamos.
En resumen, descansar en la presencia de Dios y renovar nuestras fuerzas es un principio fundamental en la vida cristiana. A través de la invitación de Jesús, la renovación prometida en Isaías, la práctica de la oración y la adoración, y la certeza de Su presencia constante, podemos encontrar el descanso y la fortaleza que nuestras almas anhelan. Al hacerlo, somos capacitados para enfrentar los desafíos de la vida con confianza y paz.
A veces cuando un amigo me traiciona lo que hago es irme a la adoración al Santísimo. Es un paseillo, pero lo necesito puntualmente. Los seres humanos traicionan demasiado. Pero rezar un rosario delante del Santísimo me ayuda a salir adelante
ResponderEliminarSi te traiciona, no es un amigo ni nunca lo fue.
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