jueves, 17 de octubre de 2024

Marcial Maciel, el depredador sexual protegido por un Papa

Marcial Maciel fue el fundador de la congregación católica Legionarios de Cristo y es uno de los personajes más controvertidos en la historia reciente de la Iglesia Católica. Aunque fue inicialmente conocido como un sacerdote carismático y emprendedor, que impulsó un movimiento religioso internacional, su legado está profundamente empañado por una serie de graves abusos.

Acusaciones y crímenes
Maciel fue acusado de abusar sexualmente de al menos 60 menores de edad y de llevar una vida llena de secretos, incluyendo la existencia de hijos que tuvo fuera del celibato. En 2019, la congregación reconoció oficialmente 175 casos de abuso sexual cometidos por 33 sacerdotes, incluyendo a Maciel,
así como de llevar una doble vida que incluía relaciones sentimentales con varias mujeres con quienes tuvo hijos. Se le atribuyen además manejos financieros opacos, manipulación psicológica y abuso de poder dentro de su congregación. Las primeras denuncias contra Maciel datan de los años 50, pero no recibieron la atención adecuada durante décadas debido a su influencia dentro de la Iglesia.

Protección desde el Vaticano
Una de las razones por las que Maciel pudo eludir las investigaciones durante tanto tiempo fue su relación con altos mandos eclesiásticos, incluido el Papa Juan Pablo II. Maciel fue protegido en parte porque había demostrado ser un gran recaudador de fondos y había establecido una red poderosa de apoyo, que incluía a cardenales y figuras políticas influyentes. Durante el papado de Juan Pablo II, las acusaciones contra él no fueron investigadas a fondo, y Maciel siguió siendo presentado públicamente como un modelo de sacerdote.

El Papa Benedicto XVI, sucesor de Juan Pablo II, fue quien tomó acciones más firmes contra Maciel. En 2006, Benedicto XVI ordenó que se retirara de la vida pública y viviera en penitencia y oración tras una investigación que confirmó los abusos sexuales. Sin embargo, Maciel nunca fue sometido a un juicio canónico formal ni encarcelado. Falleció en 2008 sin haber enfrentado la justicia terrenal por sus crímenes.

Legado y consecuencias
El caso de Marcial Maciel ha sido profundamente dañino para la Iglesia Católica, especialmente para la congregación de los Legionarios de Cristo, que se vio forzada a reconocer los crímenes de su fundador y a someterse a un proceso de reforma. Este escándalo también fue un ejemplo más de cómo la Iglesia, en varios momentos, priorizó proteger su imagen por encima de la justicia para las víctimas, lo que ha provocado una crisis de confianza en la institución.

El papel de Juan Pablo II en la protección de Maciel sigue siendo un tema polémico, especialmente en relación con su proceso de canonización, ya que su legado está vinculado con la omisión frente a este caso.

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