La afirmación de que "la verdadera familia de Jesús está formada por aquellos que siguen la voluntad de Dios" proviene directamente de las enseñanzas de Jesús, y destaca uno de los principios más profundos de su mensaje. Esta idea se encuentra en varios pasajes del Nuevo Testamento, como en Mateo 12:46-50, Marcos 3:31-35 y Lucas 8:19-21, donde Jesús redefine el concepto de familia más allá de los lazos biológicos.
En estos pasajes, se narra un momento en el que la madre y los hermanos de Jesús se acercan a verlo, pero debido a la multitud no pueden llegar hasta él. Cuando le informan que su familia lo busca, Jesús responde:
"¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?" Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: "He aquí mi madre y mis hermanos. Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre" (Mateo 12:48-50).
Interpretación de la enseñanza:
1. Familia espiritual sobre la biológica:
Jesús no está rechazando a su familia biológica, pero está ampliando el concepto de familia para incluir a todos aquellos que sigan la voluntad de Dios. En otras palabras, la verdadera familia de Jesús no se limita a los lazos de sangre, sino que está compuesta por aquellos que comparten su compromiso con el reino de Dios.
2. Llamado a una relación más profunda:
Jesús invita a sus seguidores a entender que el discipulado y la relación con Dios son prioritarios y trascienden las conexiones terrenales. Esta enseñanza sugiere que la lealtad a Dios y su voluntad debe ser el principal vínculo unificador entre las personas.
3. La comunidad de creyentes:
Esta redefinición de familia subraya la importancia de la comunidad cristiana, donde todos los que siguen a Jesús y obedecen a Dios son considerados parte de una misma familia espiritual, más allá de las diferencias de origen o parentesco.
4. Implicación ética y moral:
Siguiendo la voluntad de Dios, los cristianos se unen en un propósito común de amor, perdón y servicio. Jesús invita a todos a formar parte de esta "familia" demostrando su fe en Dios a través del cumplimiento de su voluntad.
En resumen, esta enseñanza transforma el concepto tradicional de familia, haciéndolo más inclusivo y basado en la fe y la obediencia a Dios, en lugar de los vínculos meramente sanguíneos. Para Jesús, todos los que viven según los principios divinos son verdaderamente hermanos y hermanas en el sentido más profundo.
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