1. Los esenios
Esta secta judía, que floreció entre el siglo II a.C. y el siglo I d.C., creía en la predestinación divina. Se dice que los esenios, quienes vivían en comunidades cerradas y monásticas, creían que el destino de cada persona estaba determinado por Dios, incluyendo su elección para la salvación o la condena. Ellos enfatizaban un estilo de vida estricto y piadoso, pero también veían la historia como guiada por un plan divino en el cual ciertas personas estaban predestinadas a ser parte del "pueblo elegido".
2. Gnosticismo
Este movimiento religioso y filosófico, que surgió en los primeros siglos de la era cristiana, enfatizaba el conocimiento secreto (gnosis) como el camino hacia la salvación. En el gnosticismo, el mundo material se veía como un reino caído creado por un demiurgo maligno, mientras que solo los elegidos, aquellos que poseían una chispa divina, podían ser salvados. Aunque no es exactamente predestinación en el sentido tradicional, se creía que ciertas personas estaban inherentemente destinadas a obtener este conocimiento y alcanzar la liberación espiritual.
3. Maniqueísmo
Fundado por el profeta Mani en el siglo III d.C., esta religión dualista también tenía una visión de predestinación. En el maniqueísmo, la realidad estaba dividida entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, y los seres humanos estaban atrapados en este conflicto cósmico. Algunas personas eran vistas como elegidas para ser salvadas debido a su conexión con la luz divina. Aunque se enfatizaba la lucha personal por la pureza y la luz, existía una noción de que ciertos individuos estaban predestinados para formar parte de los elegidos, mientras que otros permanecerían atrapados en la oscuridad.
En resumen, estas corrientes comparten la idea de que la salvación o el destino espiritual de las personas no es completamente resultado de sus acciones individuales, sino que está vinculado a un plan o destino predeterminado por una fuerza divina o cósmica.
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