Bautismo del Espíritu Santo

El bautismo del Espíritu Santo es una doctrina central dentro del pentecostalismo, una rama del cristianismo que enfatiza la experiencia directa y personal con Dios a través del Espíritu Santo. El pentecostalismo se desarrolló a principios del siglo XX como parte de los movimientos de avivamiento cristiano, y tiene sus raíces en el evento bíblico de Pentecostés (Hechos 2), donde los primeros discípulos recibieron el Espíritu Santo y hablaron en otras lenguas.

«Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos. Aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.»

Bautismo del Espíritu Santo en el pentecostalismo

1. Experiencia posterior a la conversión
Para los pentecostales, el bautismo del Espíritu Santo es una experiencia que ocurre después de la salvación. No es simplemente la regeneración espiritual que ocurre en el momento de la conversión, sino una experiencia separada y más profunda.

2. Manifestaciones del Espíritu
La señal inicial de haber recibido el bautismo del Espíritu Santo, según muchos pentecostales, es el hablar en lenguas (glosolalia). Esta creencia se basa en el relato de Pentecostés en Hechos 2, donde los apóstoles comenzaron a hablar en otros idiomas al recibir el Espíritu.

3. Poder para testificar y ministrar
Además de hablar en lenguas, los pentecostales creen que el bautismo del Espíritu Santo otorga poder para testificar de Cristo y para llevar a cabo el ministerio cristiano con eficacia, incluyendo dones espirituales como profecía, sanidad, milagros, entre otros.

4. Relación con los dones del Espíritu
El bautismo del Espíritu Santo es visto como una puerta de entrada a los dones del Espíritu (1 Corintios 12), que incluyen dones como el don de sanidad, la interpretación de lenguas, la profecía, entre otros.

5. Renovación continua
Aunque el bautismo del Espíritu Santo se considera una experiencia específica, también hay un énfasis en la necesidad de una relación continua y renovada con el Espíritu Santo. Esto puede incluir momentos repetidos de llenura del Espíritu, adoración intensa y experiencias carismáticas.

El pentecostalismo destaca por su enfoque en la experiencia espiritual intensa y la creencia en la acción continua de Dios en el mundo a través del Espíritu Santo. Este movimiento ha tenido un impacto significativo a nivel global, con millones de seguidores y un crecimiento notable en diversas partes del mundo.