jueves, 3 de abril de 2025

Los "novios" de Federico García Lorca

Federico de joven

Federico García Lorca tuvo varias relaciones sentimentales a lo largo de su vida, aunque no todas están completamente documentadas debido a la discreción que mantuvo sobre su vida privada y al contexto histórico de la España de su época, donde la homosexualidad era un tema tabú, además de un delito.

Lorca nunca se casó ni tuvo "novias" en el sentido tradicional, pero se sabe que mantuvo vínculos amorosos y afectivos con hombres que marcaron su vida y, en algunos casos, su obra. A continuación, detallo algunos de los "novios" o figuras relevantes en su vida sentimental, basándome en lo que los biógrafos e investigadores han podido reconstruir:

Emilio Aladrén Perojo: Escultor y artista español. Aladrén es considerado uno de los grandes amores de Lorca. Se conocieron alrededor de 1925, cuando Lorca vivía en Madrid y frecuentaba círculos artísticos. Su relación fue intensa pero tormentosa, marcada por la pasión y los celos. Se dice que Aladrén inspiró algunos de los poemas más emotivos de Lorca. La relación terminó cuando Aladrén comenzó a salir con una mujer, lo que devastó al poeta.

Federico lo había conocido allá por 1925, pero intimaron en 1927. A Lorca le sedujeron el físico, el encanto personal y el aire «entre tahitiano y ruso», que decía la pintora Maruja Mallo, quien fue novia de Aladrén hasta que vino el momento en que Federico se lo «robó» sin más miramientos.

La mayoría de amigos de Lorca despreciaban a Aladrén como artista y persona, y consideraban que ejercía una influencia muy adversa sobre el poeta. A Federico le encantaba llevar a Emilio a fiestas y presentarlo como uno de los jóvenes escultores españoles más prometedores. La relación levantó los celos en algunos amigos del poeta y fue causa de escenas violentas.

Salvador Dalí: La relación entre Lorca y Dalí es una de las más famosas y debatidas. Se conocieron en 1923 en la Residencia de Estudiantes de Madrid y desarrollaron una amistad profunda que muchos estudiosos creen que tuvo un componente romántico, al menos por parte de Lorca. Aunque Dalí negó públicamente cualquier relación física, las cartas entre ambos revelan una conexión emocional intensa. Lorca escribió la "Oda a Salvador Dalí" en 1926, y algunos sugieren que el rechazo o la ambigüedad de Dalí influyó en la melancolía de ciertas obras de Lorca.

Dalí había comenzado el servicio militar, pero tuvo tres meses de permiso que pasó con su amigo Federico entre Figueras, Cadaqués y Barcelona. En este momento llevaban más de un año sin verse y pasaron unos meses en íntima amistad. Según el pintor, en mayo de 1926 el poeta intentó estar físicamente con él y aunque Dalí se sentía halagado, no accedió a sus deseos, ya que no se consideraba homosexual, lo que Lorca respetó siempre profundamente.

Rafael Rodríguez Rapún: Ingeniero y estudiante de minas. Rapún fue probablemente el último gran amor de Lorca. Se conocieron en 1933, cuando Rapún trabajaba como secretario de la compañía teatral La Barraca, dirigida por Lorca. Su relación se fortaleció en los últimos años de la vida del poeta, y hay indicios de que fue una de las más significativas. Tras la muerte de Lorca en 1936, Rapún quedó profundamente afectado y murió poco después, en 1937, durante la Guerra Civil Española.

Rapún no era homosexual pero, según su íntimo amigo Modesto Higueras, acabó sucumbiendo a los encantos de Lorca: «A Rafael le gustaban las mujeres más que chuparse los dedos, pero estaba cogido en esa red, no cogido, inmerso en Federico».

Solo se ha encontrado una carta cruzada entre Lorca y Rapún, la escrita desde la añoranza del poeta, en aquellos días en Argentina: «Me acuerdo muchísimo de ti. Dejar de ver a una persona con la que ha estado uno pasando, durante meses, todas las horas del día es muy fuerte para olvidarlo. Máxime si hacia esa persona se siente uno atraído tan poderosamente como yo hacia ti».

Lorca regresa de Argentina y se retoma la relación. Cuando el poeta es invitado a Italia a un congreso teatral, la esposa de Ezio Levi, quien le cursó la invitación, le transmitió que podía «acudir con su esposa», a lo que Lorca le respondió que era soltero, pero que asistiría con su secretario personal, Rafael Rodríguez Rapún.

La relación con Rafael Rodríguez Rapún inspiró al poeta la inconclusa serie de los «Sonetos del amor oscuro», cuyos once poemas sólo se conocieron en su integridad en 1983.

Juan Ramírez de Lucas (un joven periodista): Aunque menos documentada, se sabe que Lorca tuvo una relación apasionada con él en los últimos meses de su vida. Incluso se ha sugerido que le dedicó algunos de sus últimos poemas.

Eduardo Rodríguez Valdivieso: Fue el amigo granadino del poeta, y conservó sus cartas hasta su muerte, en 1997. Rodríguez Valdivieso, catorce años más joven que Lorca, era alto y apuesto, con ojos oscuros y una sensibilidad a flor de piel. Trabajaba a regañadientes en un banco granadino, amaba la literatura y era pobre e infeliz. Según Ian Gibson, conocer y enamorar a Lorca, ser amigo predilecto suyo durante aproximadamente un año, fue una de las experiencias fundamentales de su vida.

Eduardo y Federico se conocieron en febrero de 1932, en un baile de disfraces, en el Hotel Alhambra Palace. Él iba vestido de Pierrot y el poeta, de Dominó. Rodríguez Valdivieso recordaba que la fiesta duró hasta la madrugada.

«Conocí a Lorca por puro azar, en una madrugada carnavalesca. La jarana del carnaval lo llenaba todo. En un intervalo de la fiesta, en el centro de la vacía pista de baile, apareció una máscara de dominó amarilla, cubierto el rostro con antifaz negro, que parecía dudar cuál camino seguiría. La máscara resultó ser García Lorca. El grupo del que yo formaba parte coincidió con el poeta granadino en el ambigú, donde se bebió tanto que, al día siguiente, pocos se acordaban de la pasada aventura.»

Muestra de aquella relación es el contenido de una de las siete cartas que Lorca envió al granadino: «Recibí tu carta que contesto enseguida, muy contento de que te hayas acordado de mí, pues yo creía que casi me habías olvidado. Yo, como siempre, te recuerdo, quiero saber de ti y tener lazo de unión contigo».

El 18 de julio de 1936 Rodríguez Valdivieso visitó la Huerta de San Vicente para celebrar junto con su amigo la festividad de San Federico. Una de aquellas tardes terribles de guerra y represión Federico bajó de su dormitorio y le dijo que había tenido un sueño inquietante: un grupo de mujeres enlutadas enarbolaban unos crucifijos, también negros, con los que le amenazaban.

Otros nombres han surgido en investigaciones, como posibles romances fugaces o amores no correspondidos, pero la información es menos concreta. La vida amorosa de Lorca estuvo profundamente influida por su sensibilidad poética, su lucha interna con su identidad en una sociedad represiva y su trágico final, asesinado en 1936 al inicio de la Guerra Civil Española. Sus "novios" no solo fueron parte de su vida personal, sino que también dejaron huellas en su legado literario, especialmente en obras como Bodas de sangre, Yerma o los mencionados Sonetos del amor oscuro.

Si te interesa profundizar en el tema, te recomiendo "Federico García Lorca: Vida, pasión y muerte" de Ian Gibson.

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