<h1>La Fiesta del Chivo: Un retrato crudo del poder y la tiranía en la República Dominicana</h1>

Mario Vargas Llosa

El 13 de abril de 2025, Mario Vargas Llosa, escritor peruano y premio Nobel de Literatura, falleció en Lima a los 89 años, según confirmaron sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana en un comunicado. Rodeado de su familia y en paz, Vargas Llosa dejó un legado literario que trasciende fronteras y generaciones.

Entre sus obras más emblemáticas destaca La fiesta del Chivo (2000), una novela que no solo consolidó su maestría narrativa, sino que se erige como un testimonio poderoso sobre el poder, la tiranía y la memoria. En este artículo, exploramos esta obra maestra a la luz de su reciente partida, reflexionando sobre su impacto y la huella imborrable de su autor.

"La fiesta del chivo", publicada en el año 2000, no es solo una obra de ficción histórica; es un escalofriante y magistral retrato de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana. A través de una narrativa polifónica y una meticulosa investigación, Vargas Llosa sumerge al lector en los entresijos del poder absoluto, la crueldad sistemática y las profundas cicatrices que deja la tiranía en una nación.

La novela se articula en torno a tres líneas narrativas principales que convergen en el fatídico final del régimen trujillista. Por un lado, seguimos el regreso a Santo Domingo de Urania Cabral, una exitosa abogada que treinta años atrás huyó del país tras un oscuro episodio relacionado con el "Benefactor". Su retorno desentierra recuerdos dolorosos y la confronta con el legado imborrable de Trujillo en su propia vida y en la de su familia.

En paralelo, Vargas Llosa nos introduce en el círculo íntimo del dictador, explorando la psicología de Trujillo, sus obsesiones, sus debilidades y la compleja red de aduladores y colaboradores que sustentaban su poder. A través de vívidas escenas, somos testigos de la paranoia creciente del "Chivo", sus caprichos, su brutalidad y la atmósfera de terror y sumisión que permeaba la sociedad dominicana.

Finalmente, la novela nos adentra en la planificación y ejecución del atentado que puso fin a la vida de Trujillo el 30 de mayo de 1961. A través de los ojos de los conjurados, somos partícipes de su valentía, sus miedos y las complejas motivaciones que los impulsaron a desafiar al régimen más férreo de la región.

La maestría de Vargas Llosa radica en su capacidad para entrelazar estas tres perspectivas, ofreciendo una visión multifacética y profundamente humana de un período oscuro de la historia dominicana. No se limita a narrar los hechos, sino que profundiza en las consecuencias psicológicas y morales de la dictadura, tanto en las víctimas directas como en aquellos que, por miedo o conveniencia, se convirtieron en cómplices silenciosos.

"La fiesta del chivo" es una novela que incomoda y que invita a la reflexión sobre la naturaleza del poder, la fragilidad de la libertad y la persistencia de la memoria histórica. A través de personajes complejos y una prosa impecable, Vargas Llosa logra trascender la crónica histórica para ofrecer una obra literaria de gran calado, que sigue resonando con fuerza en el presente y nos recuerda la importancia de la vigilancia constante contra cualquier forma de opresión. Es, sin duda, una lectura esencial para comprender las dinámicas del poder y las heridas que dejan los regímenes autoritarios en la psique de una nación.