El Congreso del estado de Iowa ha aprobado de manera definitiva un proyecto de ley que elimina la mención a la «identidad de género» del Código de Derechos Civiles del estado, debilitando así una de las principales estrategias de los activistas LGTB para imponer, a través de los tribunales, un supuesto «derecho» a procedimientos de «transición», acceso a espacios destinados al sexo opuesto y otras políticas relacionadas.
La iniciativa, denominada House File 583, suprime la «identidad de género» como categoría protegida dentro de la Ley de Derechos Civiles de Iowa, enmendada en 2007 para incluirla. Además, aclara que el término «género», cuando se usa solo en referencia a varones, mujeres o las diferencias naturales entre ambos, no debe considerarse sinónimo de sexo ni de expresiones como identidad de género, género experimentado, expresión de género o rol de género.
El jueves, el proyecto de ley fue aprobado en el Senado estatal por 33 votos contra 15 y en la Cámara de Representantes por 60 votos contra 35, en ambas ocasiones siguiendo líneas partidistas. Ahora pasa al despacho de la gobernadora republicana Kim Reynolds, quien aún no ha comentado al respecto, pero se espera que lo firme.
La medida ha sido blanco de intensas protestas, con cientos de manifestantes dentro y fuera del Capitolio estatal coreando consignas como «los derechos trans son derechos humanos» y «aquí estamos, somos queer, no desapareceremos». Algunos asistentes incluso portaban pancartas con comparaciones con el Holocausto. Tras la votación final, desde las galerías de ambas cámaras se escucharon abucheos y gritos de «¿quién sigue?».
Para el progresismo, el «género» es solo una percepción subjetiva de la persona, que puede cambiar a voluntad. Sin embargo, desde el punto de vista biológico, el sexo es una realidad científica objetiva, determinada por los cromosomas desde el momento de la concepción y reflejada en cientos de características genéticas.
A lo largo de los años, los activistas LGTB han impulsado la noción de «fluidez de género», promoviendo la idea errónea de que la «identidad» sexual está separada de la biología y solo puede determinarse mediante la percepción personal. Esta ideología ha sido introducida en la educación pública, bibliotecas, sistemas de salud e incluso en tradiciones culturales como los bailes escolares y las competencias deportivas.
Los críticos advierten que estas políticas han causado numerosos perjuicios, tanto a la salud física y mental de las personas con confusión de género como a los derechos y la seguridad de quienes no comparten estas ideas. Entre los problemas derivados de la imposición de la identidad de género como categoría protegida están: la obligación de niñas y mujeres de compartir espacios íntimos con varones, la competencia desigual en deportes femeninos debido a la participación de hombres con ventajas biológicas y la imposición de pronombres y afirmaciones contrarias a la conciencia, la ciencia y la fe de muchas personas.
El debate en Iowa es un reflejo del creciente rechazo de muchos ciudadanos y legisladores a la imposición de la ideología de género a través de la legislación, en defensa de la verdad biológica y los derechos de conciencia.
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