jueves, 9 de enero de 2025

El que no ama, no ha conocido a Dios


"Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados" (
1 Juan 4:7-10).

Este pasaje resalta que el amor no es solo un atributo de Dios, sino su misma esencia: "Dios es amor". Nos invita a una vida activa en el amor, reflejando así nuestra conexión con Dios. Este amor no es meramente humano o sentimental, sino un amor sacrificial y divino, como el mostrado por Jesús en la cruz.

El envío de Jesucristo al mundo se presenta como el acto culminante de este amor divino, mostrando que la salvación es iniciativa de Dios y no un mérito humano. Por ello, el amor cristiano debe emular el amor de Dios: universal, desinteresado y profundamente generoso.

El pasaje nos anima a amar sin esperar nada a cambio, como Dios nos ama. En nuestra vida cotidiana, esto significa extender compasión, empatía y perdón incluso hacia quienes nos resultan difíciles de amar. Este amor transforma, no solo a quien lo recibe, sino también a quien lo da, conectándolo más íntimamente con Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario