jueves, 21 de noviembre de 2024

La fe y la duda


Uno de los personajes que mejor ejemplifica la tensión entre la fe y la duda es el apóstol Tomás, también conocido como "Tomás Dídimo" o "Tomás el incrédulo". Su experiencia, narrada en el Evangelio de Juan (20:24-29), ofrece una ventana para reflexionar sobre cómo la duda puede coexistir con la fe y, en última instancia, fortalecerla.

El relato de Tomás y la resurrección de Jesús

Después de la resurrección, Jesús se apareció a sus discípulos, pero Tomás no estaba presente. Cuando los otros discípulos le contaron lo sucedido, él respondió con una famosa declaración de escepticismo:

• "Si no veo en sus manos la señal de los clavos, y no meto mi dedo en el lugar de los clavos, y no pongo mi mano en su costado, no creeré" (Juan 20:25).

Ocho días después, Jesús se apareció de nuevo, esta vez con Tomás presente. Jesús lo invitó a tocar sus heridas y a dejar de dudar:

• "Pon tu dedo aquí, y mira mis manos; acerca tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente" (Juan 20:27).

En ese momento, Tomás exclamó: "¡Señor mío y Dios mío!", reconociendo a Jesús como el Señor resucitado.

Reflexiones sobre la duda y la fe

1. La duda no es enemiga de la fe: Tomás no rechazó la fe; más bien, buscó evidencia para cimentarla. Su experiencia muestra que la duda puede ser una herramienta para profundizar en la comprensión de Dios, siempre que se busque sinceramente.

2. La paciencia de Jesús: En lugar de reprochar a Tomás por dudar, Jesús le proporcionó lo que necesitaba para creer. Esto muestra que Dios no teme nuestras preguntas y que está dispuesto a encontrarnos en nuestras luchas internas.

3. La bendición de la fe sin ver: Al final de este encuentro, Jesús declaró: "Bienaventurados los que no vieron, y creyeron" (Juan 20:29). Esto no desacredita la búsqueda de evidencia, sino que resalta el valor de confiar en Dios incluso en ausencia de pruebas tangibles.

Otros ejemplos de duda en la Biblia

Tomás no está solo en su experiencia. Muchos personajes bíblicos lucharon con la duda en momentos clave:

- Abraham y Sara: Dudaron de la promesa de Dios de un hijo debido a su avanzada edad, pero finalmente experimentaron su fidelidad (Génesis 18:10-15).  
- Moisés: Dudó de su capacidad para liderar a Israel, pero fue fortalecido por el apoyo de Dios (Éxodo 3-4).  
- Elías: Después de su triunfo contra los profetas de Baal, tuvo un momento de profunda duda y desánimo, pero Dios lo reconfortó (1 Reyes 19).  
- Juan el Bautista: Aunque reconoció a Jesús como el Mesías, más tarde envió a preguntar si realmente era "el que había de venir" (Mateo 11:2-3).

En última instancia, la historia de Tomás no es solo un relato de duda, sino también un testimonio de gracia y transformación. Su encuentro con Cristo resucitado lo llevó a una de las declaraciones de fe más contundentes del Nuevo Testamento: "Señor mío y Dios mío". Esto nos recuerda que incluso en nuestras temporadas de incertidumbre, Dios sigue obrando para revelar su verdad y amor.

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