Salvador Dalí nació el 11 de mayo de 1904, nueve meses después de la muerte de su hermano mayor, también llamado Salvador Galo Anselmo Dalí, quien murió a los 22 meses en 1903 por una gastroenteritis. Cuando Dalí llegó al mundo en 1904, sus padres le dijeron que era la reencarnación de ese hermano muerto. Incluso lo llevaron a su tumba y le señalaron su propio nombre grabado en la lápida.
Dalí creció bajo el peso de esa identidad impuesta. Su padre, también llamado Salvador, era un hombre autoritario y severo, lo que sumó más presión psicológica. Esta idea de ser un "doble" o un "fantasma de otro" marcó profundamente su vida y su obra. En su pintura "Retrato del hermano muerto" y en escritos como "La vida secreta de Salvador Dalí", se puede ver cómo esta obsesión lo persiguió siempre.
En su autobiografía, "La vida secreta de Salvador Dalí" (1942), escribió: "Yo era solo una copia, yo vivía para sustituir a un muerto". La idea de ser una "segunda versión" de su hermano muerto alimentó el interés de Dalí por temas de identidad, duplicidad y percepción de la realidad. Esto se ve reflejado en obras como "El Enigma Sin Fin" (1938), donde las imágenes dobles son un tema central, sugiriendo una dualidad en la existencia. La muerte y el renacimiento son motivos recurrentes en su obra. La imaginería de relojes derritiéndose en "La persistencia de la memoria" (1931) podría interpretarse como una reflexión sobre el tiempo, la muerte y el ciclo de vida, posiblemente influenciado por su conexión con su hermano.
La idea de ser "el otro Salvador" lo llevó a construir una personalidad excéntrica y megalómana. Su extravagancia pública (bigote icónico, declaraciones provocadoras) podría interpretarse como un intento de afirmar su individualidad. Su conexión con el surrealismo se nutrió de traumas personales. Dalí transformó su trauma en arte, usando el surrealismo para exorcizar fantasmas. Su obsesión por la inmortalidad y la identidad lo llevó a crear un universo donde lo real y lo onírico se fundían, reflejando su conflicto entre ser "el otro Salvador" y un genio único. Como él mismo dijo: "La única diferencia entre un loco y yo es que yo no estoy loco".
En definitiva, Salvador Dalí fue un personaje creado como mecanismo de defensa por un Salvador Dalí que no hemos llegado a conocer.
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