Hasta hace apenas unos años, el trastorno de identidad de género era muy infrecuente. Se daba en menos del 0,01 por ciento de la población, aparecía durante los primeros años de infancia y afectaba de manera casi exclusiva a los hombres.
Pero hoy en día, en las universidades, los institutos e incluso las escuelas primarias grupos enteros de amigas afirman ser «transgénero». Son niñas que nunca han experimentado incomodidad alguna con su sexo biológico hasta que alguien da una conferencia en su escuela sobre su experiencia trans, descubren la comunidad de influencers trans en internet o alguien les dice que serán más populares entre sus amigos y en sus redes sociales si se declaran transexuales.
Padres que hasta entonces no habían sospechado nada descubren que sus hijas están enganchadas a estrellas trans de YouTube. Y educadores y terapeutas «afirmadores de género» empujan a chicas que aún no han llegado a la edad adulta a adoptar cambios irreversibles que les afectarán de por vida, como dobles mastectomías y bloqueadores de la pubertad que pueden causar infertilidad permanente.
¿Es posible nacer en un cuerpo equivocado?
Desde el punto de vista de la identidad de género, algunas personas sienten una discrepancia entre su sexo asignado al nacer y su identidad de género interna. Esto es lo que se conoce como disforia de género. Para estas personas, la noción de haber nacido en un cuerpo que no corresponde a su identidad de género puede ser una descripción válida de su experiencia. La comunidad médica y psicológica reconoce esta experiencia, y el tratamiento puede incluir terapia, cambios en la expresión de género, o en algunos casos, intervenciones médicas como la terapia hormonal o la cirugía de afirmación de género.
Desde una perspectiva puramente biológica, el desarrollo sexual humano es complejo y puede incluir variaciones que no encajan perfectamente en las definiciones binarias de "hombre" o "mujer". Condiciones como las diferencias en el desarrollo sexual (DSD, por sus siglas en inglés) muestran que el sexo biológico no siempre es una categoría binaria clara. Sin embargo, decir que alguien nació en un "cuerpo equivocado" en términos biológicos podría ser interpretado como que hay un "cuerpo correcto" o normativo, lo cual es un tema de debate.
Desde una perspectiva cristiana, la idea de "nacer en un cuerpo equivocado" se refiere a la experiencia de personas que sienten que su identidad de género no coincide con su sexo biológico. Sin embargo, la enseñanza bíblica sostiene que Dios creó a cada persona con un propósito específico, y en Génesis 1:27 se nos dice que "varón y hembra los creó". Esto implica que la identidad de género está alineada con el diseño divino.
La Biblia enseña que cada ser humano es creado a imagen de Dios, lo que incluye tanto su sexo biológico como su identidad. La creación de Dios es buena y tiene un propósito, y cada persona es valiosa a Sus ojos.
En resumen, desde la perspectiva cristiana, la idea de "nacer en un cuerpo equivocado" no se alinea con la enseñanza bíblica sobre la creación y la identidad. Sin embargo, es importante abordar este tema con compasión y amor, reconociendo el dolor y la confusión que muchas personas enfrentan. La respuesta cristiana debe centrarse en la verdad de la Palabra de Dios y en el amor de Cristo, ofreciendo apoyo y esperanza a quienes luchan con su identidad.
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