martes, 20 de agosto de 2024

Miguel Servet, víctima del fanatismo religioso de Juan Calvino

Miguel Servet
Miguel Servet no fue quemado en la hoguera por sus descubrimientos científicos sobre la circulación pulmonar, sino por sus ideas teológicas expresadas en su libro "Christianismi Restitutio".

Miguel Servet, también conocido como Michel de Villeneuve o Michael Servetus, fue un teólogo y científico español del siglo XVI que dejó una huella imborrable en la historia del pensamiento y la medicina. A pesar de su brillantez y sus valiosas contribuciones, su vida estuvo marcada por la persecución religiosa, culminando en una trágica muerte en la hoguera.

Un pionero en la fisiología

Servet es reconocido principalmente por su descubrimiento de la circulación pulmonar, una de las más importantes aportaciones a la fisiología en la historia de la medicina. A través de sus estudios y observaciones, logró comprender que la sangre pasaba del corazón a los pulmones para oxigenarse y luego regresaba al corazón, antes de ser distribuida al resto del cuerpo. Este descubrimiento revolucionario desafió las teorías médicas establecidas en su época y sentó las bases para la comprensión moderna del sistema circulatorio.

Teología y herejía

Además de sus investigaciones en el campo de la medicina, Servet era un teólogo profundamente interesado en la reforma religiosa. Sus ideas teológicas, que cuestionaban algunos dogmas establecidos, lo llevaron a ser considerado un hereje tanto por la Iglesia Católica como por los reformadores protestantes. Su obra más famosa, "Christianismi Restitutio", en la que expuso sus ideas teológicas y científicas, fue prohibida y quemada.

Condenado a muerte por herejía

La publicación de "Christianismi Restitutio" desencadenó una persecución implacable contra Servet. Tras ser denunciado por el reformador Juan Calvino, fue arrestado en Ginebra y condenado a muerte por herejía. A pesar de las súplicas de algunos de sus contemporáneos, como Erasmo de Rotterdam, Servet fue quemado vivo en 1553.

Las ideas teológicas de Miguel Servet que lo llevaron a la hoguera

Las ideas teológicas de Miguel Servet eran radicalmente diferentes a las doctrinas establecidas tanto por la Iglesia Católica como por los reformadores protestantes de su época. Su pensamiento, considerado herético, se centró principalmente, pero no únicamente, en la negación de la Trinidad:

• Negación de la Trinidad: Servet fue uno de los primeros teólogos en rechazar explícitamente la doctrina de la Trinidad, es decir, la idea de que Dios es una sola entidad en tres personas distintas (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Para él, Dios era un ser único y simple.

• La naturaleza de Jesús: Servet sostenía que Jesús era un profeta y un hombre santo, pero no Dios encarnado. Rechazaba la idea de la encarnación y la divinidad de Cristo.

• La importancia del Espíritu Santo: Servet otorgaba un papel central al Espíritu Santo en la vida del cristiano, pero lo concebía de manera distinta a la ortodoxia de su tiempo.

Las trágicas consecuencias de su pensamiento

Estas ideas tan radicales lo colocaron en una situación extremadamente vulnerable. Tanto católicos como protestantes lo consideraron un hereje peligroso, y su obra "Christianismi Restitutio" fue prohibida y quemada. Finalmente, fue condenado a muerte en Ginebra por orden de Juan Calvino, quien, a pesar de ser un reformador, no toleraba las desviaciones de su propia interpretación de la Biblia.

¿Qué papel jugó Calvino en la condena a muerte de Miguel Servet?

Juan Calvino desempeñó un papel crucial en la condena a muerte de Miguel Servet. Si bien Calvino era un reformador religioso que buscaba alejarse de las doctrinas católicas consideradas corruptas, su interpretación del protestantismo era estricta y no toleraba la disidencia.

Cuando Servet publicó su obra "Christianismi Restitutio", en la que expuso sus ideas teológicas consideradas heréticas, Calvino se sintió personalmente atacado. A través de sus contactos, denunció a Servet y promovió su persecución.

Calvino era una figura muy influyente en Ginebra, donde había establecido una teocracia protestante. Su opinión pesaba mucho en el Consejo de la ciudad, que finalmente emitió la sentencia de muerte contra Servet.

Calvino argumentó que la herejía era un crimen tan grave que merecía la pena de muerte. Justificó su postura apelando a la necesidad de proteger la pureza de la doctrina y evitar que se propagaran ideas falsas.

A pesar de su papel en la condena, se dice que Calvino intentó que la sentencia fuera menos cruel. Supuestamente, pidió que Servet fuera decapitado en lugar de ser quemado vivo, pero su petición no fue atendida.

Si bien Calvino fue una figura clave, la condena a muerte de Servet fue una decisión colectiva del Consejo de Ginebra y de las iglesias reformadas de los cantones suizos.

Juan Calvino, como líder religioso y figura influyente en Ginebra, jugó un papel fundamental en la persecución y condena a muerte de Miguel Servet. Su interpretación estricta del protestantismo y su intolerancia hacia la disidencia contribuyeron a este trágico desenlace.

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