Pedro Sánchez en el Falcon |
Las acciones y omisiones en el ámbito político pueden tener consecuencias éticas o morales muy graves. Un ejemplo, la Venezuela chavista y sus consecuencias para la mayoría pobre y engañada.
La pasividad o la indiferencia ante situaciones de injusticia o corrupción son una forma de complicidad o negligencia moral. Al no actuar, se está permitiendo que la injusticia o la corrupción continúen.
Los españoles de bien tenemos la certeza de que este gobierno no representa a la ciudadanía y que está actuando por intereses personales, no por el bien común.
España se parece más cada día a la Venezuela bolivariana de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Nuestro mayor enemigo ahora no es Pedro Sánchez, sino nuestra pasividad ante la injusticia y el poder totalitario.
Si no salimos de nuestra pasividad, nuestro futuro es un régimen chavista con formas democráticas, pero realmente tiránico y empobrecedor.
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